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Desbordamiento causo problemas en Portoviejo

Inundaciones. Los portovejenses despertaron con varias de sus calles totalmente anegadas por las lluvias.

“Dios mío, esto es un verdadero infierno, es un diluvio. Señor del cielo, ampáranos y no nos abandones en estos tiempos difíciles. Mis cosas se perdieron y mi casa está a punto de caerse. Señor, ten piedad de nosotros tus hijos”, pregonaba María Cedeño mientras agarraba a sus dos vástagos para ponerse a buen recaudo. Su vivienda estaba bajo el agua en la zona baja de la parroquia Calderón de Portoviejo. Y es que las recientes lluvias, caídas desde la noche del domingo y madrugada del lunes, provocaron el desbordamiento de los ríos Chico y Chamotete; inundando varias poblaciones cercanas a la capital de los manabitas.

Como María, muchas familias salieron de sus hogares buscando ponerse a buen recaudo: el agua amenazaba con llevarse todo lo que estaba a su paso. “Nuestros negocios se quedaron bajo el agua, perdimos todo en nuestras fincas, la fuerza del agua arrasó con lo que estaba a su paso. Esto fue de sorpresa, nos cayó en un abrir y cerrar de ojos”, indicó Marcelino Villafuerte, un agricultor de la parroquia Alajuela, otra zona afectada.

En algunos de esos sectores el nivel de agua alcanzaba 1,50 m. Esto alertó a los cuerpos de bomberos cercanos y a otros organismos de socorro.

“Tenemos emergencias en las parroquias Abdón Calderón, Alajuela, Chirijo, San Placido y varios recintos aledaños. La vía San Placido-Pichincha se encuentra inhabilitada por un deslizamiento de tierra. Maquinarias de la Prefectura y de los cantones cercanos colaboran en la apertura”, señaló Marcos Párraga, uno de los socorristas.

En las carreteras anegadas colaboran miembros de la Comisión de Tránsito, Policía Nacional, ECU-911 y otros organismos de ayuda,

“Todas las salas de emergencia de los GAD y de Gestión de Riesgos están trabajando en la evacuación de los afectados, aún no tenemos determinado el número de familias o personas perjudicadas, Estamos trabajando en la emergencia”, explicó un miembro de Gestión de Riesgos del Municipio de Portoviejo, quien solicitó la reserva de su identidad aduciendo que no está autorizado para hablar con la prensa.

Al cierre de esta edición todos los organismos de socorro continuaban brindando ayuda en los lugares afectados, al igual que maquinarias de varios municipios y de la Prefectura de Manabí.

“Dios mío, esto es un verdadero infierno, es un diluvio. Señor del cielo, ampáranos y no nos abandones en estos tiempos difíciles. Mis cosas se perdieron y mi casa está a punto de caerse. Señor, ten piedad de nosotros tus hijos”, pregonaba María Cedeño mientras agarraba a sus dos vástagos para ponerse a buen recaudo. Su vivienda estaba bajo el agua en la zona baja de la parroquia Calderón de Portoviejo.