Cambio. Los postes chocados son atendidos con mayor urgencia.

Las denuncias de postes inclinados son aprovechadas para dar mantenimiento

Un promedio de tres postes por día es el que registra la Unidad de Negocio Guayaquil - Corporación Nacional de Electricidad dentro de las labores de mantenimiento.

Un promedio de tres postes por día es el que registra la Unidad de Negocio Guayaquil - Corporación Nacional de Electricidad dentro de las labores de mantenimiento preventivo y correctivo de las estructuras.

El Departamento de Comunicación de la institución ha receptado unos 200 reportes de postes en mal estado (inclinados, por lo general). Después del terremoto del 16 de abril, la ciudadanía está en alerta, por lo que reporta el estado de postes con anomalías, aunque en algunas ocasiones no representan peligro, indicó la entidad.

Sin embargo, las denuncias que efectúan los abonados a través de las redes sociales, buzón de sugerencias o llamadas directas a la empresa, son atendidas. Personal acude al sitio donde se reporta la afectación y verifica el estado de cada estructura, explicó Mariella Padilla, directora de comunicación de la Eléctrica.

Con ello han atendido unos 100 postes, que en su mayoría fueron reemplazados o se les colocó tensadores.

Pero el problema en ciertas zonas persiste. Eso dicen moradores de las ciudadelas Floresta y Kennedy, quienes continúan con el temor de que las estructuras colapsen.

En algunos de los casos, como expuso Diario EXPRESO el 21 de mayo pasado, el temor de los vecinos no inició luego del terremoto, porque en sus sectores los postes ya lucían inclinados, y el temor de que caigan se incrementó, al ser estas estructuras muy viejas, a criterio de los vecinos.

En efecto, Padilla indicó que luego de recoger las denuncias de las zonas afectadas, se verificó y se aprovechó para dar mantenimiento preventivo y correctivo. Como en la ciudadela Nueve de Octubre, uno de los puntos donde este Diario evidenció al menos cuatro postes inclinados. Esos fueron cambiados.

Jorge Solís, quien reside en ese sector, expresó que el temor era por dos razones: que cayera la estructura frente a su casa y que producto de la mala posición los cables generen un cortocircuito. Una situación que según Patricio Matías, uno de los empleados de mantenimiento y distribución de la Eléctrica, no es frecuente. KSG