Enner Valencia

Lo que deja la Centenario

Debemos esperar a la eliminatoria para levantarnos. Así es el fútbol. Nos vamos tristes porque queríamos darle una alegría al país. (Christian Noboa volante de la Tricolor)

Cuando hay una eliminación de por medio, lo más sencillo es buscar culpables y señalar. La Tri llegó a Estados Unidos para “darle una alegría” al país por las tragedias naturales que se vivieron el pasado 16 de abril, pero la hazaña no pudo completarse.

¿Hubo errores? Por supuesto, pero ningún trabajador llega a su oficina con la intención de cometerlos. ¿Existieron virtudes? Claro que sí, pero no quiere decir que fuimos la mejor selección de la Copa y merecimos seguir en pie de lucha.

La eliminación por dura que sea, es justa. El jueves Estados Unidos hizo un partido impecable desde lo táctico. La pizarra de Jürgen Klinsmann contrarrestó las piezas claves de la de Gustavo Quinteros, y desde allí los locales empezaron a cocinar su trabajada clasificación a semifinales.

Se abre el debate y llega el interrogante. ¿A qué clase de nivel futbolístico pertenece Ecuador?

Las cuatro primeras fechas de la eliminatoria (se consiguieron los 12 puntos) ubicaron a Ecuador en un escalón muy alto. Con una gran cantidad de jugadores en el exterior, un técnico con la idea clara y luego de ganarle a Argentina en su estadio, el hincha se dedicó a exigirle a esta Tri más de lo que había acostumbrado.

Claro, es líder en la eliminatoria más compleja a nivel de selecciones y, ¿por eso ya debe ganarlo todo? No somos Brasil o Argentina, somos Ecuador, un país que todavía sigue evolucionando en la cancha y la realidad en torneos cortos es esta. Falta experiencia y también rebeldía.

Por la calidad que tienen individualmente los futbolistas, se esperaba un juego colectivo y asociado como el que pretende siempre en cancha el estratega técnico. Pero no todo fue gris para los tricolores.

Es por esto que EXPRESO enseña una radiografía del rendimiento de la Tri en la Copa América Centenario y pregunta al hincha ¿qué pesa más, lo bueno o lo malo? Lo cierto es que cada tropiezo deja un aprendizaje.

Es verdad, en la mayoría de los partidos se debió estar con el marcador en contra para reaccionar y ver, quizá, la mejor versión de Ecuador en el torneo. Pero para reponerse también se necesita entereza y actitud, algo que los pupilos de Quinteros tienen.

La acción volverá en septiembre, cuando Brasil llegue a Quito y mida al puntero. ¿Estará lista la Tri para seguir siendo el dueño de la cima en América? Es la misión que tiene Quinteros.