Estamos en la recta final. Se han inscrito todos los binomios y todas las listas para asambleístas por parte de los partidos y movimientos legalmente aptos para este objeto. Es el pueblo el que decidirá quiénes de los candidatos inscritos merecen su confianza, su respeto y su voto. Una de las maneras de determinar cuáles de esos candidatos dicen la verdad y quienes mienten, quienes engañan y quienes hablan sinceramente es mediante el juego democrático del debate público entre todos ellos. Quienes creen que están bien en las encuestas, que revisen lo últimamente sucedido en Colombia con el referéndum y en Estados Unidos con Mr. Trump. Y no hay que confundir debate con conversatorio. El debate tiene por objeto exponer ideas, planes de gobierno, proyectos nacionales que merezcan la contrarréplica de la otra parte, para que de ese choque de ideas salga la luz y sea el pueblo el que determine cuál es mejor. El debate sirve para decir la verdad, pues sin ella no hay confianza pública. Solamente con la verdad hay coherencia entre las declaraciones y las realizaciones. El conversatorio, en cambio, puede convertirse en un monólogo intranscendente o máximo en un intercambio de chistes, “cachos” o zalamerías. Es indudable que el debate bien estructurado y bien intencionado eleva la cultura política de las masas. El debate debe servir para que se termine la época en que a la gente le importa votar por la presencia física del político, antes que por sus ideas, pues como no se las exponen, tampoco tienen por qué inventarse los oyentes. A las masas populares, por desgracia, poco les importa que se le robe su dinero, que les usurpen sus libertades. Lo único que quieren es que los candidatos les hablen lindo, porque eso dicen que es s er carismático. Es grave que la tribuna política se convierta en un “show”. Estos aspectos deben ser tomados en cuenta para que acepten debatir todos, unos con otros, para que así el país sepa que quien no quiere debatir es porque no tiene capacidad para hacerlo, o porque sus manejadores de imagen les han dicho: “No debatas, porque si debates, pierdes”...

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