Ventas. En las noches, la actividad de los food truck, en Quito, se incrementa. El Municipio cobrará regalías según la hora y el sector.

El debate de comer en la calle

Quito apela al “desarrollo con orden”. Guayaquil descarta aún esta nueva forma de emprendimiento. Los camiones de venta de comida (Food Trucks) son vistos desde dos puntos diferentes en las principales ciudades del país y reabren el nunca cerrado debat

Quito apela al “desarrollo con orden”. Guayaquil descarta aún esta nueva forma de emprendimiento. Los camiones de venta de comida (Food Trucks) son vistos desde dos puntos diferentes en las principales ciudades del país y reabren el nunca cerrado debate de la comida en la calle.

Para la capital, los negocios son necesarios, positivos y hasta generan ingresos para la municipalidad. Lo que rechaza la Alcaldía es un desorden que genere malestar a la ciudadanía. Por eso, ayer, las autoridades presentaron una regulación con horarios, espacios y cupos determinados para los emprendimientos.

La norma se trabajó desde febrero y establece un sorteo de 60 lugares autorizados para los camiones, el 28 de octubre. Los ganadores pagarán una regalía anual al Municipio de Quito -que puede llegar a los 6.000 dólares- y tendrán horarios específicos para abrir sus locales móviles. En cada espacio habrá cinco horarios diferentes para trabajar.

Los emprendedores que no ganen irán a una lista de espera. Cada año se hará otro concurso para que el sistema no sea “exclusivo de un grupo”.

Diego Riquelme, propietario de un food truck, considera que las regulaciones son beneficiosas porque hay una sobreoferta de camiones. Riquelme se inscribirá en el sorteo para continuar con la venta de choripanes.