Figura. Melania Trump, con su esposo, respondiendo preguntas de la prensa en Nueva York, el pasado jueves.

En la cuna de Melania Trump

Hasta hace poco, Sevnica era conocida por sus fábricas de lencería y muebles y por su castillo medieval de 900 años. Pero eso era antes de que Donald Trump presentara su candidatura para convertirse en presidente de Estados Unidos.

Hasta hace poco, Sevnica era conocida por sus fábricas de lencería y muebles y por su castillo medieval de 900 años. Pero eso era antes de que Donald Trump presentara su candidatura para convertirse en presidente de Estados Unidos.

Fue en esta población de 5.000 habitantes ubicada en Eslovenia, cuando el país todavía formaba parte de la antigua Yugoslavia comunista, donde la actual esposa de Trump, Melania Trump, 24 años más joven que su marido, llegó al mundo el 26 de abril de 1970.

“Melania y su hermana eran muy hermosas, muy amables con los vecinos”, afirmó Emil, un jubilado local, frente al ordinario bloque de apartamentos en el que Melania, nacida Melanija Knavs, creció.

Su compañera de clase y directora de la escuela primaria de Sevnica, Mirjana Jelancic, está de acuerdo: “Melania era una chica muy agradable, que siempre estaba dispuesta a ayudar. Era modesta, muy educada, muy seria. Adoraba leer”.

Debido al éxito de su esposo en la carrera republicana hacia la Casa Blanca, los periodistas extranjeros y los turistas se han vuelto muy frecuentes en Sevnica, situada en medio de las colinas, a 100 kilómetros de la capital del país, Liubliana.

Los lugareños incluso han dado un nombre a los visitantes que acuden en busca de las raíces de la que podría ser la próxima primera dama de Estados Unidos: “Hola, ¿sois ‘trumpers’?”, preguntó un jubilado.

El padre de Melania, Viktor, era empresario y su madre, Amalija, patronista en Jutranjka, una fábrica textil de la localidad. Ahora, los padres reparten su tiempo entre Sevnica y Nueva York para pasar tiempo con su glamurosa hija, que se convirtió en la tercera mujer de Trump en 2005, y con su nieto. Melania no ha vuelto a Sevnica desde hace años.

Su madre la introdujo en el mundo de la moda, animándola a ser modelo infantil para la empresa en la que trabajaba a mediados de los 70, según una biografía publicada por dos periodistas eslovenos.

“Ella sabía que quería trabajar en moda como diseñadora. Por eso asistió a un instituto de secundaria para diseñadores en Liubliana”, afirmó Jelancic. “Era muy organizada y disciplinada. Lo que fuera que ella se decidiera hacer, lo hacía”.

Fue en la capital eslovena desde donde despegó la carrera como modelo de la futura señora Trump, tras ser descubierta por un fotógrafo de moda. En poco tiempo, se dio a la gran vida, viajando por todo el mundo y radicándose en Nueva York, donde conoció a su futuro marido multimillonario en 1998.

Aunque sus antiguos camaradas de colegio la recuerdan como una persona discreta, saltó a las portadas en marzo de este año después de que un grupo político contrario a Trump publicara en Facebook una foto de ella desnuda en un jet privado del magnate, realizada en el 2000 para una revista.

El alcalde de Sevnica, Srecko Ocvirk, está encantado con la atención que está recibiendo el municipio. “Se trata de un mensaje muy positivo para la juventud, de que con responsabilidad, persistencia y entusiasmo se puede conseguir mucho, casi todo”, declaró.

El 1 de abril, Ocvirk anunció que Trump y su mujer visitarían Sevnica en mayo para comprar el castillo de la ciudad e inaugurar un monumento en honor a Melania. Solo era una broma, pero un cierto deseo impregnaba la falsa noticia.

“Una parte de esa historia podría hacerse realidad”, dijo.