Cuidado seguimos fracasando

Si el atarnos a cánticos de sirena nos amarra a modelos que en la práctica no dan resultado, no tendremos opción de cambiar. Generalmente decimos que “el bachillerato de especializaciones es antiguo” y con eso simplemente pasamos página.

Si nos atenemos a los resultados de cara a la universidad, ciertamente mejor funcionó aquel que el bachillerato general unificado, pues se ajusta más a la necesidad del alumno que transita por el bachillerato de camino a la universidad y requiere determinados conocimientos básicos más fuertes en un área del pensamiento, que en otra.

Si nos molesta la especialización, generemos la opción de un bachillerato libre, hecho al diseño de la necesidad propia de cada estudiante como: matemáticas 1, 2, 3 o biología o historia, pero no dadas a todos de manera obligatoria sino como se hace en muchas partes del mundo, dando la opción de que el estudiante tome del currículo lo que más necesite.

El bachillerato unificado, al manejar un solo rasero, acaso le da poco al que necesita más de algo o le da demasiado a aquel que no lo necesita o no se siente atraído por determinada asignatura o ciencia. Si educamos para la vida, esforcémonos por entregarle a aquel que va a seguir ciencias fuertes lo que requiere como base para que asiente bien el conocimiento superior, de igual manera con sociales y con las “BIOS”, que hoy son tan necesarias como atractivas.

¿Que no todos van a la universidad? ¿Que hay quienes salen de inmediato al campo laboral? Sí, por supuesto, pero para ellos entonces generemos también los bachilleratos que requieran según sus necesidades y destrezas.

Lo que mata la educación es la uniformidad, la obligatoriedad de que todos tomen lo mismo, aprendan lo mismo y salgan sin saber mucho o casi nada de cada cosa.

Las artes, las tecnologías, los mandos medios, necesitan ser atendidos por opciones especiales, y el bachiller que avanza hacia el siguiente nivel debe estar preparado para enfrentarlo con capacidades y fuerza propositiva.

Cuidado seguimos fracasando simplemente por ser “modernos”.