Cuidaba carros para vender drogas
Mirella T., una ama de casa de 42 años, se dedicó a cuidar vehículos supuestamente víctima del desempleo. Pero lo que parecía una inofensiva actividad, terminó siendo una fachada que a los moradores de las calles Camilo Destruge y Abel Castillo, en el suroeste de Guayaquil, los tenía alarmados.
Denuncias reservadas comprobaron las sospechas de algunos vecinos. Mirella, en realidad se dedicaba a comercializar droga afuera de un colegio ubicado en el sector.
“Hay niños de hasta diez años que llegan a comprar”, corroboró un morador.
Tras conocer las denuncias, nueve policías acudieron al lugar para identificar a la sospechosa y evitar que emprenda la fuga.
Al principio, notaron a la mujer en una actitud evasiva, pero luego de ser abordada por una agente, la ‘cuidadora’ respondió sin inconvenientes.
Dos mujeres policías se acercaron a ella, con la finalidad de registrarla minuciosamente. Descubrieron que en su pecho llevaba 62 gramos de cocaína envueltos en sobres de papel.
El alcaloide estaba en 19 envolturas, cada una conteniendo otros 10 sobresitos, que dieron un total de 190 papelitos llenos de la sustancia.
Según las investigaciones preliminares, el resto de la droga la ocultaba con piedras, en una vereda.
La mujer fue detenida y llevada hasta la Unidad de Flagrancia de Guayaquil, donde le ordenaron la prisión, por el presunto delito de tráfico de drogas a mediana escala.
No fue la única incautación. Horas después, agentes antinarcóticos decomisaron veinte kilos de cocaína, en una vivienda aparentemente abandonada de la cooperativa Mariuxi Febres-Cordero, en el Guasmo Sur.
La droga estaba en veinte paquetes tipo ladrillo cubiertos con plástico transparente y cinta adhesiva, cada uno marcado con las letras ML. La sustancia estaba en un viejo saco de boxeo, que fue llevado como evidencia igual que seis celulares y más de 900 dólares en efectivo que hallaron en el sitio. La investigación tomó tres semanas tras denuncias de moradores.
