Cuauhtémoc, la leyenda mexicana

Cuauhtemoc, la leyenda mexicana

A lo grande, así se despidió Cuauhtémoc Blanco del América y ahora sí de las canchas, lo hizo casi marcando un gol y con el cariño de miles de aficionados azulcremas y algunos sin serlo, en el sitio de sus grandes triunfos, el estadio Azteca.

A lo grande, así se despidió Cuauhtémoc Blanco del América y ahora sí de las canchas, lo hizo casi marcando un gol y con el cariño de miles de aficionados azulcremas y algunos sin serlo, en el sitio de sus grandes triunfos, el estadio Azteca.

Tras jugar 37 minutos, Blanco fue ovacionado, por primera vez, ya que al medio tiempo recibió otro reconocimiento por parte de la directiva.

Las asperezas ya quedaron a un lado entre Ricardo Peláez y el ahora alcalde de Cuernavaca, ya que el presidente deportivo, acompañado por José Romano, presidente operativo, le entregaron una camiseta con el número 100, el que portó en el juego ante Morelia.

Posteriormente, el tres veces mundialista dio “vuelta al ruedo” del “Coloso de Santa Úrsula”, donde vivió grandes momentos con el América, el título del Torneo Clausura 2005, así como con la selección mexicana, con la que conquistó la Copa Confederaciones 99.

Pero también momentos amargos, como la lesión en la rodilla que lo mantuvo alejado de las canchas casi un año, para regresar y darle a la selección mexicana su boleto al Mundial Corea-Japón 2002.

No podía despedirse sin realizar la ‘cuauhtemiña’ en el partido, donde estuvo acompañado de su familia, su mamá, su esposa y sus hijos, además de hacer la ‘temoseñal’ arrodillado en el centro del campo, para decir adiós, o quizá un hasta luego.