Ángela Suárez ayuda a su esposo Arcadio en el trabajo diario. En la foto ubica los panes sobre una estantería de madera, para que su aroma fluya en la comuna.

La creciente leyenda del pan de Arcadio

Arcadio Balón Quimí y su esposa Ángela Suárez ya llevan más de medio siglo en la actividad, los ancianos aseguran que el principal secreto del delicioso sabor que tienen sus panes se debe a que utilizan hornos de barro que calientan con leña para cocer

Sacachún es una pequeña comuna ubicada en el área sur de la Península, su principal atractivo es el monolito ‘San Biritute’ es por esto que a diario acuden a este lugar varios turistas nacionales y extranjeros.

Este poblado se levanta en lo alto de una montaña y los visitantes que llegan en horas de la tarde también se siente atraídos por un agradable aroma que se percibe en el ambiente, se trata de los panes que al aire libre elabora una pareja de septuagenarios nativos del sitio.

Arcadio Balón Quimí y su esposa Ángela Suárez ya llevan más de medio siglo en la actividad, los ancianos aseguran que el principal secreto del delicioso sabor que tienen sus panes se debe a que utilizan hornos de barro que calientan con leña para cocerlos.

Ellos son los que se encargan de entregar los panes a todas las familias que habitan en Sacachún y las poblaciones aledañas, el pan que vende Arcadio es más famoso por los recintos que pertenecen a la parroquia Julio Moreno.

Balón Quimi, heredó el oficio de sus ancestros y además en la preparación utiliza ciertos ingredientes que obtiene en su comuna y que no contienen químicos, cita como ejemplo los huevos de gallina criolla y las hojas de canela. Otro detalle es que en el proceso de amasar la harina lo hace de manera manual.

En la actualidad tiene dos de estos hornos que él mismo ha construido para su trabajo. El barro lo obtuvo de uno de los cerros del lugar, esta tierra la mezcló con agua para confeccionar pequeños bloques del tamaño de un ladrillo y le fue dando forma al horno.

Tener dos hornos le es ventajoso para el comunero debido a que en ciertas ocasiones tiene más pedidos de sus delicioso productos y debe acelerar su actividad para poder cumplir con todos sus clientes “a la gente le gusta mi pan porque tiene el mismo sabor que los que comían nuestros abuelos”, manifestó sonriente Arcadio.

Su esposa Ángela Suárez, comenta que no han faltado aquellos vendedores de hornos a gas o eléctricos que le han ofrecido a su marido nuevos equipos para que modernice su trabajo, “él asegura que mientras trabaje haciendo pan lo hará en horno de barro y leña”, dice la mujer. (F)