Militares resguardan e intentan despejar las vías de los manifestantes.

En Cotopaxi 30 militares estan retenidos desde la noche de este martes

En Cotopaxi continúan retenidos unos 30 militares que la noche del martes 8 de octubre habrían intentado brindar seguridad en las instalaciones de Explosen S.A, la empresa de explosivos de las Fuerzas Armadas, para evitar que ingresen manifestantes a c

En Cotopaxi continúan retenidos unos 30 militares que la noche del martes 8 de octubre habrían intentado brindar seguridad en las instalaciones de Explosen S.A, la empresa de explosivos de las Fuerzas Armadas, para evitar que ingresen manifestantes a causar daños.

Los uniformados eran parte de dos equipos que salieron a cumplir con el Decreto ejecutivo de estado de excepción dictado por el presidente Lenín Moreno. Según Comunicación de la Brigada de Fuerzas Especiales Patria de Latacunga, los habitantes de Saquisilí se habrían alarmado pensando que los uniformados iban a sacar armas y municiones para ser empleadas en las protestas que se registran en Quito.

La Brigada recalcó que en esa empresa militar no se fabrica armas ni municiones como habrían considerado los manifestantes, y debido a esa confusión fueron retenidos los uniformados. Las negociaciones para su liberación siguen en medio de la confusión y alarma de la gente del sector. La Brigada reiteró que el objetivo de Fuerzas Armadas es brindar la seguridad, el libre tránsito, no salen a confrontar con los manifestantes ya que esa no es su misión. El pedido es que no los agredan.

Este es el segundo grupo de uniformados que es retenido por miembros de una comunidad indígena. El sábado 56 uniformados que escoltaban un convoy de alimentos que se dirigía a Cuenca fue retenido por comuneros de Nizag, Alausí en Chimborazo, que los acusaban de haber agredido con gases lacrimógenos cuando los militares trataban de despejar la vía y fueron atacados con piedras y palos.

Los uniformados fueron rescatados el lunes 7 de octubre por la tarde en tres grupos por un helicóptero del Ejército que los extrajo desde un helipuerto improvisado en el sector de la Naríz del Diablo. Ellos recibieron la protección de los comuneros que inicialmente les habían retenido.