Defensa. Caupolicán Ochoa y César Ochoa, abogados de Rafael Correa.

Los correistas podran ver a su lider cada 15 dias

Daniella Camacho dictó medidas cautelares. Los cargos: asociación ilícita y secuestro

A sus incesantes viajes por el mundo Rafael Correa ha de sumar uno más: al Ecuador, cada quince días. La jueza Daniella Camacho le impuso ayer la más básica de las medidas cautelares: presentarse un lunes de cada dos, a partir del 2 de julio, ante la Sala de lo Penal de la Corte Nacional. El expresidente fue vinculado al caso Balda con los cargos de asociación ilícita y secuestro y podrá defenderse en libertad. No llevará un brazalete electrónico, como lo quiso el fiscal Paúl Pérez. Tiene hasta el 18 de julio para presentar sus pruebas de descargo.

Día de caras largas en la Corte Nacional. Los fieles del ultracorreísmo llegaron temprano, esta vez sin mezclarse con el medio centenar de personas que se manifestaban, quizá para evitar los gases lacrimógenos que los estragaron la semana pasada. Ricardo Patiño, Gabriela Rivadeneira, Doris Soliz, Virgilio Hernández, Paola Pabón y demás asambleístas y exfuncionarios del gobierno anterior entraron directamente al edificio y buscaron pelea con los guardias, siempre rigurosos a la hora de controlar a los visitantes.

“¡Déjenos pasar!”, “¡Nosotros llegamos primero!”, “¡Ponga orden!”, vociferaba Patiño con cara de pocos amigos al ver que los policías permitían entrar a los partidarios de Balda mientras ellos esperaban. Ser tratados como ciudadanos comunes que les irrita, y lo hacen notar a gritos. Los partidarios de un lado y del otro pasaban por turnos en grupos de quince. Cuando la sala se llenó, algunos correístas (Marcela Aguiñaga, Juan Cristóbal Lloret...) se quedaron fuera. No lo podían creer, les parecía un atropello.

En la sala de sesiones del octavo piso, Patiño y amigos ocuparon las primeras filas del bloque de sillas de la izquierda, junto a la entrada. Por ahí pasó Fernando Balda, se paró junto a ellos y saludó por encima de sus cabezas con sus partidarios. Caupolicán Ochoa, el abogado de Correa, esperaba ya en su sitio y se movía para conferenciar de vez en cuando con Patiño.

La audiencia arrancó con la lectura de los elementos de convicción a cargo del fiscal (ver página 3). Paúl Pérez pidió dos medidas cautelares: presentación periódica del acusado ante el Consulado del Ecuador en Bruselas y colocación de un brazalete electrónico. Felipe Rodríguez, abogado de Balda, añadió muy poco. Celebró “la objetividad de la Fiscalía”, hizo notar que el acusado se podrá defender “de la forma en que no se permitió a nadie en los últimos diez años” y se enfrentó con los correístas de las primeras filas: “No sé si algo causa gracia al público”, dijo mirándolos.

Caupolicán Ochoa desestimó no solo los elementos de convicción, que calificó como “triquiñuelas”, “subterfugios” y “falacias”, sino la misma idoneidad del fiscal Pérez, aún no posesionado por la Asamblea. Se explayó en la apretada agenda de compromisos internacionales del expresidente, que le impedirían presentarse cada quince días, y se escandalizó con la idea del dispositivo electrónico. “Es impropio, es desatinado -dijo con su retórica decimonónica- es ofender la grandeza humana del expresidente”.

La jueza Camacho se retiró media hora para preparar su decisión. “Nadie abandona la sala -dijo- la abandono yo”. Volvió con ley de servicio exterior bajo el brazo y la novedad de que los consulados no tienen funciones jurisdiccionales. Pidió al fiscal reformular su petición. El fiscal insistió: “es su atribución designar a la autoridad ante la que se deba presentar el acusado”. Fue entonces cuando se produjo la gran sorpresa de la tarde. “El acusado se presentará cada quince días ante la Corte Nacional de Justicia en el Ecuador”, dijo la jueza. Para los correístas de las primeras filas fue como si la tierra se abriera bajo sus pies. De nada sirvieron los ruegos de Ochoa: la jueza fue inamovible.

Ya está Patiño en medio de la calzada, arengando a no más de treinta rabiosos correístas que ya no solo tiran huevos sino también piedras y botellas con agua a quienquiera aparezca por la puerta de la Corte. Treinta correístas que dan rienda suelta a su odio y se prepararán para la madre de todas las batallas.

Respuesta

El procesado insiste en su inocencia

Estuvo pendiente del resultado pero evitó hacer comentarios personales. Hasta las 17:35 (hora Ecuador) solo replicó en su cuenta de Twitter los mensajes de apoyo de sus seguidores. En la mañana, sin embargo, insistió en que no conocía los detalles del supuesto secuestro de Fernando Balda y criticó el sistema de justicia. “No sé por qué me vinculan, ni de qué me vinculan. Pero esa es la situación actual del país. Un fiscal puesto a dedo, me vincula para que me juzgue un Sistema de Justicia manejado por un Consejo de la Judicatura también puesto a dedo”. E insistió en que, desde noviembre, hay una persecución “judicial feroz”. “Creo poco en la actual justicia cuántica y nada en la dictadura que vive el país”, escribió.

Informe

Defensa desclasifica documentos del plagio

El contralor subrogante Pablo Celi remitió al fiscal Paúl Pérez una primera parte de información desclasificada sobre los gastos especiales utilizados en el caso Balda.

El fiscal había solicitado un informe sobre los gastos especiales de la Senain y de la rendición de cuentas efectuada por ese organismo en la que se encontraría evidencia contable del secuestro.

El contralor adjunta la lista de cheques acreditados y cobrados entre el 1 de junio y el 31 de agosto de 2012.

En el anexo de las operaciones de la Senain, enviado a la Fiscalía, en el mismo periodo se reporta “Operación Secuestro, colección de información pago a personas relacionadas por 43.300 dólares”. MCV