Catedrático. El presidente Correa garabatea la lógica económica para justificar el alza del IVA como “no recesiva”, ayer en la Espol, en Guayaquil.

Correa vuelve a la Academia

Su elemento natural. Es aquí, delante de jovencitos tímidos, de un pizarrón incomprensiblemente garabateado y de discursos sin interrupción donde el presidente Rafael Correa se nota más cómodo: brazos al aire, chiste en la boca, agresividad en el cajón.

“No vengo a dar un discurso político”, ha dicho nada más tomar el discurso. Y es cierto. Las dos horas de clase magistral que dictó ayer en la Escuela Politécnica del Litoral tuvieron más de fórmulas y reflexiones económicas y citas a cientistas que de muletillas políticas como “no es que hayamos gastado mucho, es que hemos invertido mucho”, una precisión que apareció en su discurso casi por costumbre y de la cual se excusó: “no es que quiera convencerlos”.

El tono académico no implicó sin embargo que se quedaran por fuera los adornos discursivos del presidente/profesor y sus constantes alusiones a “los talibanes de la economía”, los “seudoanalistas” y los “algunitos”; protagonistas ausentes de la clara defensa de un modelo en crisis. Este último término, crisis, se quedó sentado en el camerino y sin una sola referencia desde el atril.

Se trata de la primera conferencia magistral del presidente en una universidad ecuatoriana. Lo había hecho antes en el país, pero en escenarios políticos; y mucho en universidades extranjeras: desde Harvard hasta la Sorbona de París. Después de todo, ha reclamado Correa, la Academia ecuatoriana se ha distanciado del escenario político nacional. “Esa es una de las razones de mi presencia hoy aquí”, se justificó luego de ocho llamados, a lo largo de la exposición, para que los académicos desmientan, orienten y debatan los temas que, a su juicio, la prensa y los políticos dominan. “¿Dónde estaba la academia?” se convirtió así en su frase más recurrente después de hablar de los impuestos, la inflación, la caída del petróleo, la dolarización, el ahorro, las salvaguardias y hasta de la presidencia interina de Fabián Alarcón.

La pregunta nunca recibió contestación. No fue la única. Cuando preguntó a sus estudiantes “¿a quién se le ocurre cómo demostrar que (el alza del IVA tras el terremoto) no es recesiva?” también hubo silencio. Y también entonces, él fue el único con la respuesta. La que supone correcta.