Reunión. La alcaldesa Viteri, en el COE cantonal.
Reunión. La alcaldesa Viteri, en el COE cantonal.FREDDY RODRÍGUEZ / EXPRESO

Coronavirus: Dos alcaldes en la montaña rusa

Instantáneas coronavíricas. Cynthia Viteri juega con su mascarilla y con el susto. Lenín Moreno llega tarde a la partida del tren de la historia. Jorge Yunda somete su sistema urinario al debate público

GUAYAQUIL. Que cunda el pánico, dice Viteri

yunda y otto

Coronavirus: Otto Sonnenholzner y Jorge Yunda son los funcionarios 'más queridos', durante la emergencia

Leer más

Lo que contó Cynthia Viteri al inicio de esta semana, al término de una reunión del COE cantonal, era para entrar en pánico. Dijo que el Gobierno había decidido atacar la crisis sanitaria con la estrategia más drástica: la del contagio colectivo. Los científicos lo llaman “inmunidad de rebaño” (a no confundir con la “impunidad de rebaño” que, comentó un tuitero con harto sentido del humor, pretende el correísmo) y acarrearía una mortandad incalculable. ¿De dónde sacó esa información la alcaldesa de Guayaquil? De la más desconfiable de las fuentes: Radio Bemba. ¿La confirmó antes de lanzarla? No, la lanzó nomás.

“Yo tengo una mesa técnica de médicos -empezó diciendo-, la cabeza es el doctor Alemán y están exministros de Salud como el doctor Sarrazin y el doctor Andino. Ellos conocen de primera fila, ellos, que el Ministerio de Salud, y esto solamente es una advertencia y una noticia para los guayaquileños, estaría por optar por el contagio colectivo”. O sea: me contaron que podría ser. Menos tarda una castaña en caer de un taburete (como decía Asterix el galo) de lo que tardó el ministerio en desmentirla.

Con la cara completamente cubierta por una mascarilla N95 y unas gafas de motociclista que conservó puestas durante toda la reunión y le conferían un cierto aire alienígena, la alcaldesa no paraba de llevarse las manos a la cara mientras hablaba. Finalmente metió el pulgar por debajo de la mascarilla, la estiró hacia adelante, como si esta estuviera ahogando sus palabras, y así se quedó, rociando con fe y alegría el aerosol de su saliva sobre los micrófonos de los medios de comunicación, la mesa del COE y los papeles que tenía por delante. Cuidadosísima con los protocolos, la alcaldesa. Los de comunicación y los de asepsia.

Cadena. El presidente anunció... muy poca cosa.
Cadena. El presidente anunció... muy poca cosa.CAPTURA DE PANTALLA

SUBSIDIOS. La oportunidad pasa de largo

“Este es el momento histórico”. Así dijo el ministro de Energía, René Ortiz, esa tarde en la televisión. Y era como si le picara la lengua por anunciar la buena nueva. El precio del barril de petróleo en el mercado internacional acababa de desplomarse por debajo del precio de la Menta Glacial, la cotización más baja de la historia, así que todo parecía finalmente claro: si no se aprovechaba la coyuntura para eliminar de una vez por todas el subsidio a los combustibles (cosa que el Gobierno viene intentando hacer desde octubre del año pasado), entonces no se haría nunca.

Viteri

Viteri a Sonnenholzner: "A Guayaquil nadie la calla"

Leer más

A su lado (en el juego de pantallitas del Zoom televisado), el ministro de Finanzas, Richard Martínez, abundaba en razones: si se eliminan los subsidios este momento y se pone a flotar, el precio de la gasolina bajaría. Llevan meses estudiando todas las posibles alternativas y por ello pueden decir, en triunfales palabras de Ortiz: “Estamos preparados”. ¿Qué tan preparados? Mejor imposible: “Hay que tomar ya esa decisión, está lista”.

Son las ocho de la noche. Ya sale el presidente de la República en cadena nacional de televisión. Cosa rara en él, entra en materia sin rodeos. “Hoy, hoy en medio de la pandemia, hemos sido sacudidos…”, empieza diciendo, y pinta el cuadro que siempre ha evitado pintar: el de un país en el fondo del mar. Pandemia, deuda descomunal, arcas vacías, cero reservas internacionales, cero ahorros fiscales, y encima, un barril de petróleo más barato que un expreso. “Es claro que no vamos a vivir la misma realidad”, dice como aparente preámbulo de un anuncio importante. Se viene aquello para lo que venía preparándonos el ministro de Energía. Porque “este es el momento histórico”. Porque “la decisión está lista”. Suspenso. Expectativa. Redoble de tambores. El presidente va a contarnos de qué va la nueva realidad que se avecina: Y es esta: “Los funcionarios públicos no podrán volver a ganar lo mismo que antes”. Hay tanta energía en sus gestos, tanta convicción en sus palabras. De la eliminación del subsidio no volvió a hablarse en toda la semana.

Alcalde. Jorge Yunda, con cálculos a la clínica.
Alcalde. Jorge Yunda, con cálculos a la clínica.CORTESÍA

QUITO. El correísmo se desvela por la uretra de Yunda

Casi no hubo correísta que no se deshiciera en atenciones con el enfermo. El Twitter se llenó de empalagosas muestras de cariño.

“Esperemos que se cuide para que siga velando por la ciudad que, hoy más que nunca, deposita su confianza en su gestión acertada en estos duros momentos”, expresó la asambleísta Amapola Naranjo.

“Quito lo necesita”, arriesgó desde Guayaquil Marcela Aguiñaga.

“Mejórese”, auguró Fausto Jarrín, abogado defensor del famoso jefe de la estructura delictiva que operó diez años desde Carondelet.

“Fuerza. Obligado una cervecita. Saludos”, le comprometió desde ya un sediento Pabel Muñoz.

“Recupérese”, le deseó Virgilio Hernández y añadió, campechano y amistoso: “Un abrazote”.

Ecuador Inmediato, un medio digital fiel a todos ellos, lo supo resumir con exactitud: “Hay mucha estima ahora a su lado para que se mejore. Bendiciones”. Y sí, estima no falta. Ahora.

¿Quién es el enfermo? ¿Rafael Correa, en Bélgica, sufrió un súbito empacho de ostras y vino blanco? ¿Jorge Glas colapsó finalmente en Latacunga víctima de su mala conciencia? No, el alcalde de Quito, Jorge Yunda, fue hospitalizado en medio de espasmódicos dolores producidos (él mismo lo contó) por un cálculo atravesado en el uréter derecho que pugnaba por salir y no podía. ¡Ayau! Tan necesaria se ha vuelto en estos tiempos la exposición pública para este personaje que, en el afán de mostrarse y transmitir, está dispuesto (son palabras del banquero Fidel Egas en uno de los tuits más celebrados del miércoles por la noche) a “transmitir hasta el cólico de huevos”.

Para los correístas, una oportunidad inestimable para enjabonar el lomo del candidato con mejores proyecciones del momento. Las imágenes de Yunda luciendo la banda presidencial ya circulan profusamente por las redes sociales y hasta el propio expresidente prófugo ha cedido a la tentación de rendirle adulación y tributo. Si no hubiera cuarentena sería una delicia verlos a todos haciendo lobby en la sala de espera.