
El consultorio en plena calle
Alimentación, atención médica, seguridad y abrigo. Todo está previsto en la vigilia instalada afuera del CNE. Hoy se cumple el décimo día de protestas
Ponen a prueba su organización. Tras 10 días de vigilia frente al Consejo Nacional Electoral (CNE), los manifestantes ya tienen un sistema de alimentación, relevos e incluso de cuidado de la salud.
La ‘sede’ de la vigilia luce limpia. Personal del Municipio de Quito es el encargado de recoger los desperdicios de cientos de personas que circulan y permanecen en la avenida 6 de Diciembre. Ellos exigen el reconteo de votos y transparencia en el resultado electoral.
El CNE proclamó vencedor de las elecciones al licenciado en Administración, Lenín Moreno, de las filas de PAIS. Su contendor, Guillermo Lasso, pidió reconteo de las actas.
Los primeros días de protesta, los manifestantes pasaron a la intemperie. De a poco aparecieron las carpas, baterías sanitarias, una tarima, parlantes y una pantalla gigante. Ahora, en dos carpas, ubicadas detrás de la tarima, se almacena y distribuyen las donaciones. Hombres y mujeres colaboran.
Adolfo Cedeño es uno de ellos. Tiene 36 años y dice que llegó el domingo 2 de abril, desde Chone (Manabí). “Vine a reclamar mi voto y a que se dé el conteo como se debe dar, nada más”, dijo a EXPRESO. En su ciudad natal hace de todo: desde mecánico hasta vendedor de granizados. En Quito, ayuda a repartir pan, avena, agua, pollo, manzanas, mandarinas, bolones de verde, cola, naranjas, plátanos.
Él cuenta que para los manifestantes se prepara café, sopa de lentejas, de fideo. Hay, dice, tres horarios de mayor flujo: de 06:00 a 09:00, de 11:00 a 13:00 y de 18:00 a 21:00. No hay número fijo de comensales, pero Cedeño cree que pasan de 500 cada vez.
Los acentos son variados, dice Cedeño: de Esmeraldas, Guayas, Manabí, Chimborazo, Bolívar o Cotopaxi.
En la carpa también se habilitó un puesto de atención médica. Ahí atiende Germán Zumbana, médico general, especializado en Rusia. Él es parte de un grupo de profesionales que ayuda en atención primaria y emergencias.
Los problemas más frecuentes, cuenta a este Diario, son los gastrointestinales, migrañas, dolores e hipertensión.
Ayer por la mañana, cientos de ciudadanos atendían a los mensajes, que transmiten en la pantalla gigante, invitando a no perder la esperanza. Entre ellos estaba Aída Yépez, de 72 años, quien todos los días se desplaza desde el Comité del Pueblo, en el norte de la ciudad. Dijo a EXPRESO que no se cansará y protestará hasta el final.