Iniciativa. Iván Granda pidió que la Fiscalía investigue los aportes.

Confabulaciones presidenciales

Desde que Rafael Correa dejó el poder en mayo de 2017, la relación con su sucesor, Lenín Moreno, pasó de un tenso distanciamiento y a denuncias de traición a la gestión previa.

Llevan días haciendo mucho ruido, pero hasta ahora no habían pasado de la palabrería. El rango ejecutivo más alto de Ecuador está en la vorágine de una serie de acusaciones que van y vienen desde el Gobierno actual al anterior. El expresidente Rafael Correa se subió a la ola de los Ina Papers, publicados por Fernando Villavicencio en su portal digital, y lleva semanas insistiendo a través de las redes para que el caso tome altura. Sus más fieles, como era de esperar, le han replicado.

Tras días de arremetida, el actual presidente, Lenín Moreno, aprovechó el escaparate regional de la pasada cita de Prosur para buscar un espacio exclusivo y poner en evidencia a su predecesor. Dijo, ante una audiencia de seis mandatarios vecinos, que Rafael Correa recibe fondos del régimen venezolano de Nicolás Maduro y que los usa para desestabilizar a su Ejecutivo.

Ese fuego cruzado, que se ha enfocado en desgastar la credibilidad económica de ambos líderes, ha dado estos días un salto hacia las instituciones, tomando forma de denuncia ante la Fiscalía -en el caso de los fondos que recibe Correa- y de resolución para la Comisión Legislativa de Fiscalización, en el caso de los Ina Papers. Ya no son meros instrumentos de desgaste político.

Dada la sincronización temporal de las revelaciones de un lado y del otro, pocos dudan de la estrategia -o juego sucio- que asoma en el trasfondo.

“Esto se ve a todo nivel: el expresidente Correa tratando de deslegitimar al actual para, sobre esa base, legitimar su poder; y el presidente Moreno, queriendo sostener el poder que tiene, atacando al otro. Es decir, es un ataque a nivel personal y no una discusión de proyectos políticos. Son disputas de poder político, poder económico y que, además, está mediado con denuncias de corrupción, denuncias de malos manejos de los Gobiernos. De lado y lado. Y esto, porque vienen del mismo proceso”, resume Natalia Sierra, socióloga y catedrática de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador.

No se olvida Sierra de que todo empezó a pocas semanas del intercambio entre Correa y Moreno de la banda presidencial, y que la brecha entre ambos fue agrandándose con declaraciones, gestos y decisiones de Moreno.

“Tenemos que tomar esto a partir de la separación que tuvieron al interior de Alianza PAIS, es decir, que los dos personajes estuvieron trabajando juntos los diez años que duró el período de Correa. Es decir, son parte de un mismo proceso”.

En su momento, Correa reconoció en una entrevista con EXPRESO que el cambio de rumbo tan brusco de quien fue su vicepresidente le pilló desprevenido y que llegó a escribirle una carta personal explicitando su incredulidad y malestar por que su legado fuese enturbiado sin disimulo.

Nada fue improvisado, a juzgar por el análisis de Santiago Basabe. “Es una estrategia política del Gobierno del presidente Moreno, queriendo colocar a Correa y a su gabinete como el referente de oposición. Esto lo ha venido haciendo desde hace un año y me parece que le ha dado réditos positivos, porque lo ha conseguido. La posición de Moreno responde a esa estrategia de orden político”, reflexiona el doctor en Ciencias Políticas catedrático de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales de la FLACSO.

El escenario de confabulaciones de ahora, amplificado por los desplantes acumulados en los últimos dos años, no tendrá mayores consecuencias, prevé Basabe, pese a su salto institucional. “No creo que se pueda hablar de guerra o de una ruptura tan agresiva política, sino de posicionamientos estratégicos. Del Gobierno por un lado y de Correa por el otro. En todo caso, sería una guerra con límites, donde hay códigos y límites que no sobrepasan ni el uno ni el otro. Al final, son dos actores que pertenecen a la misma tendencia política y que cogobernaron juntos”.

En esa línea, encaja la decisión de Fiscalía de no abrir indagación por las transferencias a Correa desde Venezuela y el matiz que introdujo ayer María José Carrión como presidenta de la Comisión de Fiscalización que recibirá los Ina Papers. No se trata de investigar a Moreno, precisó, sino de analizar la información publicada.

Denuncia del Gobierno

Llegó a la Fiscalía la sospecha del presidente Lenín Moreno en contra del exmandatario Rafael Correa, de quien fue vicepresidente, sobre maniobras financiadas desde Venezuela para desestabilizar su Gobierno.

Iván Granda, secretario Anticorrupción, oficializó ayer la entrega de información para que la Fiscalía investigue los recursos entregados por Nicolás Maduro al Instituto de Pensamiento Político Eloy Alfaro, presidido por Correa. El Ministerio Público indicó al final de la tarde que no abriría investigación al no encontrar indicios de delito.

Granda solicitó que se investigue la transferencia de 281.000 dólares efectuada en 2018 por Maduro para la fundación que dirige Correa. Recordó, de nuevo, que ese monto crece al traducido en bolívares y se convierte en un despilfarro para un país con una grave crisis económica y de escasez. La información, aseguró el secretario, servirá para que la Fiscalía investigue la licitud de los fondos entregados a Correa. Esos recursos también habrían servido para financiar la estadía de los abogados internacionales que, a fin de 2018, actuaron como veedores del caso de secuestro de Fernando Balda, atribuido a dos exagentes de Inteligencia (sentenciados) y al exmandatario y al exsecretario de la Senain, Pablo Romero (con orden de prisión y radicados en Bélgica y España). MCV

De la red a la Asamblea

Un informe de Fernando Villavicencio y Christian Zurita, publicado en su portal digital La Fuente, en torno a un presunto “laberinto de empresas offshore constituidas en el exterior” que involucra al presidente Lenín Moreno y a su círculo familiar, abrió un debate en el país y dio el salto ayer en la Asamblea Nacional.

La información, de la que sectores del oficialismo niegan que vincule al mandatario, señala a su hermano Edwin Moreno Garcés y a sus presuntos amigos, Xavier Macías Carmigniani y María Auxiliadora Patiño Herdoíza, por la presunta apertura de la empresa offshore de Investment Corporation, entre 2012 y 2016, que manejó cuentas en el Balboa Bank de Panamá. La denuncia señala que, por medio de la empresa, se adquirieron los muebles y alfombras para el departamento que Lenín Moreno tenía en Ginebra (Suiza) en 2015. Además, que de una de las cuentas de la empresa se hicieron dos transferencias para la compra de un departamento en España.

El Gobierno rechazó la publicación. El presidente Moreno, en cadena de radio y televisión, negó tener empresas offshore y cuentas y negocios en el extranjero. “Todo esto está organizado premeditadamente dentro de una estrategia de desestabilización del país, maquinada por un expresidente prófugo (Correa), causante de la mayor debacle moral, económica y social que haya vivido Ecuador”, afirmó. RRG