Conceptos errados

Para comunicar correctamente los conceptos económicos es menester previamente entenderlos. Nos referimos a la confusión que se produce al no diferenciar entre variación (concepto de flujo) y saldo (concepto de ‘stock’) o, en otras palabras, a la diferencia entre las adiciones y la suma total. La confusión se repite recurrentemente en el tratamiento de la inversión, denominada Formación Bruta de Capital Fijo (FBKF) en la contabilidad nacional.

La “formación” de capital es el proceso de agregar valores adicionales al saldo existente. Si la inversión en determinado período es de $17.000 millones, este valor debe ser referido al saldo del período anterior. Si en el 2017 el ‘stock’ de planta, equipos, infraestructura e inventarios fue de $16.762 millones, la adición es de $238 millones y no de $17.000 millones, como se nos quiere dar a entender.

La FBKF se origina en el sector público y en el privado, y es de origen interno y externo. Existe una relación capital trabajo (K/L) que responde a la pregunta: ¿cuántos dólares hay que invertir para crear un empleo? Es por ello que la inversión pública, que ha declinado en 40 % en el presente año, importa porque, entre otros efectos, vincula al gobierno con los contratistas que a su vez crean empleos. En cuanto a la inversión privada, esta se da en la medida que hay expectativa de rentabilidad, y la rentabilidad se origina por la diferencia entre ingresos y gastos, incluyendo los impuestos. El régimen impositivo disfuncional heredado del anterior gobierno permanece intacto y existen fuertes indicaciones de que lo que se pretende hacer es subir el IVA, lo que acentuará aún más el ciclo recesivo de la economía. Finalmente, en cuanto a inversión externa directa, basta decir que Ecuador es el país que menos inversión externa recibe en la región (0,5 % del PIB). ¿A qué se debe esto? La respuesta es que, aparte del tema de costos e impuestos, el maltrato a dicha inversión, la tramitología, la corrupción administrativa y la inseguridad jurídica, son las desafortunadas cartas de presentación del país ante el mundo exterior.

La precisión conceptual es un requisito mínimo para diseñar una buena política. Lamentablemente, la realidad de nuestra economía es una de alto riesgo y pésima calificación crediticia. No vivimos en Jauja.