Momento. Los futbolistas del Cruzeiro se tomaron varios minutos en el local de juguetes para elegir los indicados. Fue un rato agradable para ellos.

Concentrados y con las manos llenas

Cruzeiro está mentalizado en el choque copero de hoy contra Emelec, pero se dieron unos minutos para visitar una juguetería local y allí hablaron con EXPRESO sobre su rival y el respeto que le tienen.

Cruzeiro llegó el lunes por la noche a Guayaquil y en la espera al enfrentamiento contra Emelec, la delegación brasileña encontró una forma para que el tiempo pase rápido y, sobre todo, llevar un detalle de este viaje a sus seres queridos. Hoy visitan el estadio Capwell, ya conocido por algunos de estos jugadores, y no se sienten favoritos a pesar de estar bastante encaminados a la siguiente ronda de este torneo.

Ayer faltaban escasos minutos para que el reloj marque las 11:30 y en el lobby del Hilton Colón no asomaba una camiseta del equipo de Belo Horizonte. Alguien de utilería, quizás, o del cuerpo técnico, pero nadie fácil de reconocer. Hasta que un grupo de tres jugadores bajaron del ascensor y abandonaron el hotel para cruzar la Francisco de Orellana y visitar la juguetería de al frente.

El sol canicular y el tráfico cotidiano de esta avenida eran esa primera impresión que registraban Alejandro Cabral, Rafinha y Lucas Romero (jugadores de Cruzeiro) de Guayaquil.

Les tocó sortear uno que otro carro en el trayecto y hasta los confundieron con Gremio. “Cruzeiro somos”, respondió uno de ellos antes de ingresar al popular local.

Cabral, mediocentro ofensivo de Cruzeiro, buscaba juguetes para sus dos hijos: “tengo un nene y una nena y pues veremos qué les llevo”. El argentino se paseó durante varios minutos por las perchas buscando un juego que se relacione con el dibujo.

Como él, pero con las manos más llenas, estaba Rafinha, de 35 años. Cargaba con un Superman y otros juguetes para sus dos hijos. “Al mayor le gustan mucho los legos y superhéroes, y al pequeño le fascinan las camisetas de fútbol. Es más, dónde puedo comprar camisetas aquí”, nos preguntaba el brasileño.

Su intención, antes de partir de Guayaquil, es llevarse camisetas de clubes ecuatorianos, aunque dijo que no es fácil porque no les permiten salir del hotel.

El que estaba por todos lados era Lucas Romero. El mediocentro argentino de 24 años está cerca de tener a su primer hijo, en noviembre, y ese entusiasmo -de ser primerizo- lo abordaba.

Pero cuando llegaron las preguntas de Emelec las respuestas traían consigo un suspiro de respeto. “Partido muy difícil, como todos los de Libertadores, son distintos, Emelec no está tan bien, pero nos han dicho que el estadio se llena mucho. No estamos confiados ni nos sentimos favoritos”, contaba Rafinha, en un idioma mezclado entre portugués y castellano.

Aunque para Rafinha la ciudad era nueva, para los argentinos Cabral y Romero, no. Precisamente la última vez que tuvieron que visitar el Puerto Principal fue para medir a Emelec, pero en ese tiempo defendían la divisa de Vélez Sarsfield de su país.

“Va a estar difícil, ya estuve aquí en 2013 y perdimos 1-0; el estadio tiene mucha presión de la hinchada. Cuando vine era chico”, manifestó Lucas.

A su lado, Cabral catalogaba de “jodido” el duelo de esta noche y recordó que estuvo dos veces en el estadio del Bombillo. “Vine a jugar una vez en 2008 con Vélez, dirigía (Ricardo) Gareca, no me acuerdo si lo ganamos. En 2013 también vine con Lucas. Pero es jodido”, agregó.

Lucas dijo que han visto varios vídeos de Emelec, pero que les resulta llamativa la cantidad de cambios en la formación de acuerdo a cada partido. “Nos mandaron unos vídeos para conocer a los jugadores y cambian mucho jugadores, sé que podía parar otro once, con respecto al último partido”, explicó.

Al final de las compras, el lateral derecho Edilson se les unió, aunque no llevó ningún objeto a la caja. Antes de salir y cerrar la conversación, Lucas ponderaba el respeto hacia Emelec: “es un equipo grande como nosotros allá y hay que respetarlos. No viven una fase buena, pero están necesitados y tienen que ganar y hay que jugar con eso”, finalizó.