Comercio. La calle Jaime Roldós, al su, recibe camiones llenos de productos lo que congestiona el tránsito.

Comerciantes temen mas asaltos en mercado

A los problemas de inseguridad se suman los desechos que se generan, al recogerlos, los camiones obstaculizan la vía que se congestiona por la cantidad de vehículos que allí llegan.

La actividad en el lugar inicia a las 03:00 y ocupa unas cuatro cuadras de una vía perimetral, la Jaime Roldós, en el cantón Milagro. Allí se ubica el mercado provisional de transferencia de víveres, en el que hace dos semanas robaron. La cifra, según se calculó, podría haber llegado a unos $ 6.000.

Uno de los celadores, que omite su nombre, recuerda que el hecho delictivo según le conversaron, se dio unos minutos antes de las 06:00 (su hora de ingreso). Y fue una actuación rápida. Los pillos ya sabían a quiénes debían hurtar sus mandiles, pues era allí donde guardaban el dinero.

En la explanada del mercado provisional donde se expenden víveres al por mayor: legumbres, hortalizas, frutas, huevos, entre otros productos, el miedo aún es latente. Saben que entre los que llegan como clientes debe existir ‘el informante’, quien entrega la información de cómo se mueve el dinero y los horarios en que pasa el patrullero de la policía.

Precisamente esa madrugada del robo, el 14 de abril, los malhechores habían esperado que el carro pase su ronda habitual para ubicarse en puntos estratégicos: uno en la puerta y otros dos que perpetraron el asalto, todos armados, cuenta un comerciante que prefiere no ser identificado.

El problema es que en el lugar los policías solo pasan, no hay vigilancia permanente. “No hay un UPC, ni una carpa para que los policías den resguardo”, indica Javier Briones, un vendedor de sandías.

Ese asalto no fue el primero. La situación lleva como dos años. Los ladrones arman un operativo y los perjudicados son los comerciantes, pues no solo roban a los mayoristas sino a los clientes, indica Holger B., quien comercia fruta en la vereda frente a la explanada de víveres.

“Llega gente de la Sierra a comprar camiones de productos, vienen con el efectivo y eso se llevan; para evitarlo ahora nos dejan cheques y por cualquier cosa suele haber problemas para cambiarlos; en ese caso debemos esperar una semana para volver a ver a ese cliente y nos haga un nuevo pago. Eso nos deja sin efectivo”, dice.

Las promesas de reubicación de estos comerciantes han ido pasando al igual que los años; sin embargo, la alcaldesa Denisse Robles indicó a este Diario que el proyecto está encaminado. Será un espacio cerca de la nueva terminal terrestre, ubicada en la vía kilómetro 26.