Ciudadania, responsabilidad y deberes

En los últimos años, y hasta en las anteriores décadas, las diferentes situaciones económicas, sociales, políticas, culturales, ideológicas y étnicas han puesto a la ciudad y al país ante diversos escenarios que han demandado múltiples y cambiantes actitudes de ellos para la convivencia y futuro de la urbe y las regiones, cuanto del conjunto de la nación.

Cada una de esas variadas situaciones, acontecimientos naturales, ambientales, así como los que se refieren a los aspectos sociopolíticos, étnicos y culturales, ha requerido que la ciudadanía reaccione y asuma comportamientos y acciones que ayuden a su supervivencia.

En esas diversas circunstancias -que han sido constantes y continuas-, tanto el colectivo social cuanto la ciudadanía como base humana, demografía y fundamento, han tenido que cambiar sus comportamientos y prácticas ciudadanas. Esto es lo que ha permitido que crezcan, maduren y vayan asumiendo variedad de conductas para poder hacer frente a esos múltiples desafíos.

Todo esto hace necesario que sea imprescindible redefinir y rediseñar lo que es y/o debiera ser la ciudadanía. Pero también todo aquello que se refiere a su conducta y a su accionar. Efectuar esto es importante para que se asuma que estos deben tener y mantener siempre dos aspectos fundamentales: el uno, responsabilidad ante esos diversos hechos y eventos. El otro, el cabal cumplimiento de sus deberes ante cada uno de los diferentes desafíos y tareas que se presentan, para que la sociedad (e incluso su medio ambiente) pueda garantizar sustentabilidad, vida y paz.

Esta percepción y reflexión supone el ejercicio de una adecuada conciencia autocrítica de los ciudadanos como miembros de la sociedad y de sus diversos componentes. Pero, sobre todo, implica una efectiva actitud de revisión permanente respecto a lo que cada uno de ellos cree que es lo que tiene que saber para constituirse en un verdadero ciudadano: un actor y autor social. Es este quien sabe que la vida colectiva nos impone obligaciones y tareas que hay que asumir. Caso contrario solo será habitante de una nación o ciudad.

Ser ciudadano es tener responsabilidades y cumplir con los deberes de todo tipo. Guayaquil y sus integrantes deben comprender esto para tener mejores ciudadanos que la proyecten como urbe.