Trabajos avanzan en medio de un lento tránsito. Autos, vehículos pesados y buses avanzan lentamente por avenidas y callejones del sur de la ciudad. Mientras en el puente de Las Esclusas se cumple con el retiro de la losa de rodadura, por lo que en una sem

El cierre de un puente llena las vias alternas

La rutina diaria de la familia de Guillermo Díaz sufrió una alteración desde el lunes último. Reside con su esposa y sus dos hijos en la cooperativa Unión de Bananeros, Guasmo Sur.

La rutina diaria de la familia de Guillermo Díaz sufrió una alteración desde el lunes último. Reside con su esposa y sus dos hijos en la cooperativa Unión de Bananeros, Guasmo Sur.

A escasas cuadras de su vivienda está la avenida Domingo Comín, donde desde que amanece hileras de vehículos avanzan lentamente, incluidos automotores pesados, maquinarias y buses.

Esa vía es la que Díaz toma todos los días para dirigirse a su trabajo y llevar al colegio a sus vástagos.

No tiene muchas alternativas: los embotellamientos también ocurren en las avenidas Roberto Serrano y Raúl Clemente Huerta (Las Esclusas).

Estas vías recogen la carga vehicular que va en sentido sur-norte de la avenida 25 de Julio, debido al desmontaje del puente de Las Esclusas, tarea que empezó el lunes y finalizará en unos cuatro meses.

“Hasta hace una semana salía de casa a las 06:30. Ahora debo hacerlo al menos con media hora de anticipación”, dijo Díaz.

Los callejones y las calles aledañas al viaducto también resultan afectados por los embotellamientos. Incluso son utilizados por los vehículos de carga que provienen del puerto marítimo.

“Ya no tenemos paz. Todo el día debemos soportar el pito de los automotores”, manifestó Yolanda Vélez, moradora de la ciudadela Floresta.

Los dueños de negocios también se sienten afectados por la excesiva presencia de automotores. “En mi local por lo general el cliente se estaciona un momento para comprar y luego retirarse. Ahora prefieren ir a otro lado por espacio en la acera”, expresó Luis Burbano, propietario de una tienda de la cooperativa Juan Péndola.

La zona en donde se desarrollan los trabajos de desmontaje del puente permanece desolada. La tarea se concentra en el derrocamiento de la losa de rodadura (calzada).

En una semana está previsto el retiro de las primeras 6 de las 12 vigas que componen el viaducto. La intervención en el sentido sur-norte finalizará en dos meses.

Luego se cerrará el tránsito de norte a sur, para ejecutar los trabajos en ese sentido. Para esa fecha, la Autoridad de Tránsito Municipal (ATM) planifica las rutas que deberán tomar los conductores.

Lo que sí tiene claro Díaz es que seguirá madrugando y llenándose de paciencia. Al menos en los próximos cuatro meses, hasta que esté lista la obra.

El detalle

Malestar. Aunque faltan dos meses, los dueños de negocios que se encuentran en sentido norte-sur están preocupados por las posibles pérdidas.