Cicloturismo y ciclovias deben atenderse

El turismo es una actividad económica y fuente de ingresos. Se realiza en una amalgama de la más diversa índole. A ellas se incorporó el cicloturismo. Esta es una nueva forma, para algunos sectores empresariales y ciudadanos de generar ingresos, en esta singular economía. Para esto era necesario que las diferentes ciudades y provincias y sus gobiernos locales emprendan en una obra y tarea sin la cual no es posible que este tipo de turismo se desarrolle: la construcción de ciclovías.

Guayaquil, que ya desde hace algunos años tiene un importante sector de clase media y profesionales que lo realiza, demandó que sus gobiernos locales (Municipio y Consejo provincial) construyan ciclovías como rutas exclusivas. Así se podía implementar medios e instrumentos para atender a quienes se inscriben en esta nueva actividad.

En la urbe se inició la construcción y mantenimiento de importantes rutas para la ciclovía. Así se ayudaría y contribuiría para que el cicloturismo se realice por esas vías. Así fue como la ciudad pasó de las bicicletas deportivas y de recreación a las equipadas para las bicirutas. En el 2011 comenzó este como un nuevo proyecto de apertura de varios tramos para recorrer por estos medios los diferentes sitios de la urbe.

Así fue como surgieron las actuales diez rutas de las ciclovías que tiene Guayaquil. Hoy la ciudad cuenta con las siguientes: Parque Kennedy-Parque El Lago (55 km); La 507 (6.3 km); La Espol (30 km); Fashion (20 km); Puerto Marítimo/Playita del Guasmo (25 km); Isla Santay (35 km); Cerro del Carmen (18 km). Además las de Parque e iglesias (30 km); 7 iglesias, 7 parques, 7 puentes (45 km) y Sendero Samanes (7km). Estas tienen usuarios y visitantes diarios y semanales, que las utilizan. Pero se requieren que estén en buena forma. Hay algunas descuidadas, sin señalización, que son invadidas por carros particulares. Por eso, vecinos y ciclistas no las usan por riesgos. Los beneficiarios de las ciclovías solicitan que el Municipio las habilite adecuadamente, con divisiones más visibles entre la avenida utilizada por los carros y las que usan los ciclistas. Esta demanda es posible que la municipalidad las realice. Pues cuidar las ciclovías también forma parte de una estrategia socioeconómica para mantener y alimentar el cicloturismo local.