Un choque de egos
El primer encuentro entre ambos fue amistoso. Bale pareció incluso intimidado cuando se presentó al entrenamiento en presencia del tres veces seguido Jugador del Año en el Madrid.
Ellos mantienen un divorcio por ser el máximo líder del Real Madrid. Pero hoy, el portugués Cristiano Ronaldo y el galés Gareth Bale estarán en canchas diferentes y buscarán llevar a su selección a la final de la Eurocopa.
Los jugadores más caros del mundo mantienen una guerra fría. Las dos estrellas madridistas apenas se dirigen la palabra. La relación personal entre ambos es inexistente, motivada por el egoísmo y la rivalidad entre los dos. Su falta de conexión en el campo se traslada ahora a su relación personal, en ese afán de ser los líderes del equipo. Una situación alimentada por el presidente del Madrid, Florentino Pérez, quien se ha convertido en defensor a ultranza del galés Bale, con las miras puestas en que sea el relevo natural de Cristiano Ronaldo, aunque se intuye que el propósito real es rentabilizar los 100 millones de euros que invirtió en su contratación, y que de momento está lejos de conseguir ante la ascendencia de uno y otro en el vestuario y en el campo.
Desde que desembarcó, hace tres temporadas, en el fútbol español, Bale siempre ha cumplido un papel de escudero del luso, lo que condimenta este duelo de músculos y contundencia ofensiva entre ambos.
No obstante, la revelación del monto de la transferencia del galés, en enero pasado, vino seguida de una normalización de la relación.
La cual fue evidente después de la derrota ante el Atlético de Madrid (1-0), en febrero de 2016, cuando Ronaldo llegó a decir que el equipo estaría al máximo si todos jugaran a su nivel. Bale, lesionado, se perdió el partido. En sus explicaciones tras la polémica, Cristiano señaló que se refería a si todos estuvieran en forma, indicando que no podía sostener al equipo él solo. “Cuando los mejores no están es difícil ganar”, afirmó. “Me gusta jugar con Pepe, Karim, Bale, Marcelo”, añadió.
