Familia. Mary Pilay revisa el caso de su esposo a la entrada de su casa.

El chofer que no huyo del lugar

El día en que murió Lady Freire, Jaime Chango quedó detenido. Ella fue la pasajera que cayó del articulado 1045 de la metrovía, el bus que Chango conducía por la Domingo Comín la noche del 9 de junio.

El día en que murió Lady Freire, Jaime Chango quedó detenido. Ella fue la pasajera que cayó del articulado 1045 de la metrovía, el bus que Chango conducía por la Domingo Comín la noche del 9 de junio. La joven de 18 años quedó aplastada debajo de las llantas sin que Jaime se dé cuenta. Hubo reclamos, plantones, bulla mediática...

También se realizó una investigación que determinó que fue “un desperfecto” el que hizo que la puerta se abra. Se llegó a un acuerdo con los padres de la chica y se reparó la falla del transporte en cuestión, que hoy rueda de nuevo en Guayaquil y ya pasó el censo de la Autoridad de Tránsito Municipal.

La historia, sin embargo, deja en el limbo al único protagonista que le queda, Jaime. Diario EXPRESO pasa revista al accidente que opacó la trayectoria de la metrovía en el marco de una audiencia preparatoria de juicio del caso en la que se determinará el futuro de este guayaquileño de 40 años.

Es la mañana del viernes 2 de septiembre. Después de dos horas, Darley, el hijo mayor de Jaime, ve salir a su madre, Mary Pilar, de la reunión con la fiscal Mónica Rivera. El niño de 12 años luce triste. Desde que empezó esta pesadilla debe cuidar de sus cuatro hermanos menores mientras su mamá se encarga del papeleo del juicio.

A esta audiencia, después del alboroto mediático, solo asiste un medio, este Diario. Rivera ha pedido un receso de 40 minutos para analizar los documentos que presentaron los peritos y los abogados tras la instrucción fiscal. Se repasan allí los hechos. ¿Tuvo o no responsabilidad Chango en este caso? ¿Tenía la puerta que se abrió una falla previa que pudo detectarse con revisión o en realidad fue un caso fortuito?

Mary tiene los ojos hinchados. Hace un paneo y localiza a sus cuatro hijos, al de 12, al de 6, a la de 3 y al de 11 meses.

El de 8 años, que está en casa, espera que su mamá y sus hermanos esta vez lleguen con buenas noticias. Sus cuñados, Gladys y Luis Alberto, también están aquí, igual que algunos familiares y amigos.

Los grandes ausentes, en cambio, son los padres de Lady, que en esta historia serían la parte acusadora. No llegaron ni lo harán. El acta firmada el 22 de junio con el consorcio Metroquil los aleja de este juicio después de recibir una indemnización de $ 50 mil. Quien acusa y juzgará a Jaime Chango es el Estado.

“Ellos no llegaron porque saben que él es inocente”. Habla Diego Pérez, el abogado que el consorcio Metroquil destinó a Jaime luego de que la Fundación Metrovía le endosara el caso, dos días después del accidente.

El defensor explica lo que muchos ya conocen: “Jaime no pudo saber lo del perno dañado, pues no es mecánico ni tiene la preparación para chequear máquinas neumáticas”.

Ese fue uno de sus argumentos para defenderlo de la única conclusión (de las cinco que presentaron los peritos) en la que se lo halló responsable del desperfecto. “Su culpa es que no se dio cuenta”, dicen. Esto aunque en el informe de reconstrucción se señala que no hay acto que pueda determinar su irresponsabilidad y que él no realizó ninguna maniobra que causara delito.

Diecisiete días antes del accidente, el 23 de mayo, según fuentes del proceso consultadas por este Diario, la unidad 1045 tuvo una avería en las puertas y debió estacionarse y evacuar pasajeros en la parada del Museo Municipal. Esto lo sabe la familia y lo conoce el abogado del consorcio. Él, que asegura que el bus se arregló el 1 de junio, llevó esa prueba a la fiscal junto con el registro de todos los mantenimientos del último año y el informe de los mecánicos que trataron al bus.

Termina el receso. Mary entra a la sala otra vez. En el pasillo se recuerda a Jaime: “Es el único sustento de su familia”. Desde que está detenido, dice su hermano, solo ve a sus hijos dos horas, un día a la semana. Para entretenerse lee revistas y hace figuras origami que le obsequia a su familia.

Se abre la puerta del juzgado. Esta vez Mary tardó solo diez minutos en salir. Cuando lo hace, es un manojo de lágrimas. “Creí que hoy me lo iban a entregar”. Darley la mira, distante a esa escena que no entiende. Sabe por el llanto que ve en su madre que su papá no saldrá hoy, pero no entiende términos legales. Escucha de su boca el dictamen de la fiscal: “Llamaron a mi flaco a juicio”.

El día del accidente, asegura su familia, “algunos pasajeros le ofrecieron ayudarlo a escapar”, pero Jaime decidió quedarse, pues días antes había recibido instrucciones del consorcio de “no cometer ninguna imprudencia tratando de huir en caso de una emergencia”. “Le aseguraron que lo respaldarían hasta el final”.

Al parecer lo hacen. Aunque, por precaución, Mary cuenta con otro defensor para su esposo, uno adicional al que le pone el consorcio, el abogado Joselito Argüello. “Este auto de llamamiento a juicio de parte de la Fiscalía es un chiste. No existe ningún argumento que determine la responsabilidad de mi defendido. Ninguno”.

Jaime lleva diez años en la metrovía, el mismo tiempo que ese servicio tiene en la ciudad. Su suegra, Eloísa Plúa, lo halaga: “Siempre ha sido muy responsable. Odia faltar, es puntual y jamás, jamás, tuvo un accidente en toda esta década”.

Quizás por eso el gerente de operaciones del consorcio, Ernesto Santos, garantiza que su puesto lo espera. Aún no hay fecha para la sentencia.

EL CASO EN FECHAS

- 9/06/2016

Lady Freire muere después de caer del articulado y ser arrollada por los neumáticos traseros del vehículo, conducido por Jaime Chango, quien fue detenido esa misma noche. Hubo una semana de plantones.

- 22/06/2016

Metroquil y los padres de Lady Freire llegan a un acuerdo. Se los indemniza con $ 50 mil.

- 02/09/2016

Tras una audiencia preparatoria, la fiscal Mónica Rivera llama a juicio a Jaime Chango. Se espera el día de la sentencia.

LOS TESTIMONIOS

- “Mi hermano está desesperado. Ha llegado a perder la esperanza. Por último, nos ha insinuado que abandonemos esta lucha, que si es de quedarse encerrado se quedará. Está rendido. Pierde las fuerzas cada vez más”.

Luis Alberto Chango, hermano del conductor.

- “Un dictamen de carácter acusatorio de parte de la Fiscalía no tiene lugar. Se está esgrimiendo una acusación no sostenida de manera completa. La deficiencia de la unidad causó la muerte. No el conductor”.

Joselito Argüello, abogado de la familia.

- “No intervengo en temas legales, porque mi posición en la empresa es operacional. Sin embargo, como ciudadano común y como persona que cree en la justicia, estoy muy consciente de que Jaime es la persona más inocente en este caso”.

Ernesto Santos, gerente de operaciones.

- El caso, ya con todos los elementos que se han presentado como prueba, demuestra que Jaime Ch. no es responsable del accidente. Él no puede ser responsable de una falla que se dio de forma imprevisible”.

Diego Pérez, abogado del consorcio Metroquil.

LA OTRA PARTE

$ 50 mil para a los padres de Lady

El consorcio Metroquil indemnizó con 50 mil dólares a la familia de Lady Freire, tras el accidente que apagó la vida de la joven el pasado 9 de junio.

En el documento, al que tuvo acceso EXPRESO, se dice que la unidad sufrió un desperfecto mecánico en una de las puertas y que esta “se abrió sorpresivamente”.

El consorcio se compromete en ese acuerdo a optimizar y hacer más eficientes los mantenimientos preventivos y correctivos de sus unidades y a presentar una rendición de cuentas anual al respecto.

En dicho pacto, Laura Sornoza y Freddy Freire, los padres de la joven, se comprometen a no formular ningún reclamo judicial, extrajudicial, acusación particular o denuncia en contra del consorcio, sus representantes o Fundación Metrovía dentro del proceso en cuestión.

Firman ellos y Augusto Aguirre Rodríguez, el presidente del consorcio Metroquil.

EL BUS DE JAIME

El 1045, de nuevo operativo

Está libre. Se trata de la unidad que falló en el caso de Lady Freire la noche del 9 de junio, presentada como culpable por una avería fortuita. Pero está libre.

La unidad 1045 rueda por las calles de Guayaquil y traslada a pasajeros del sistema de transporte masivo Metrovía. Así lo confirmó a EXPRESO Ernesto Santos, gerente de operaciones de Metroquil.

En una entrevista telefónica aseguró que la unidad fue reparada completamente y está habilitada. “Luego de que el vehículo se liberó, lo repararon y, por supuesto, pasó la reciente prueba de la Autoridad Municipal de Tránsito”.

En el informe que la ATM ofreció el jueves pasado acerca del censo, Fernando Amador, director de Transporte Público, dijo que de las 370 unidades que tiene Metrovía, el 98 % aprobó el test.

Santos afirma que ahora implantarán un nuevo seguro para evitar casos fortuitos como el de la noche en que murió Lady.

POSTAL LUCTUOSA

LA VOZ DEL SINDICATO

Había inquietud por las rampas

En abril de 2014, el secretario general del sindicato único de trabajadores del consorcio Metroquil, Máximo Guaranda, envió un comunicado al gerente general de la empresa, César Carranza, pidiendo audiencia para tratar “asuntos relacionados con los conflictos” que se les presentan a los conductores acerca de varios temas.

EXPRESO tuvo acceso a ese documento que, entre otros puntos, enlista “el retiro de las rampas que ocasionan accidentes a los usuarios con responsabilidad para el conductor”, “el incremento exagerado de usuarios por falta de articulados”, “la falta de alineación de los buses que dificulta las paradas” y “el arreglo de andenes que impiden parar eficientemente”.

Ernesto Santos, gerente de operaciones de Metroquil, recuerda al respecto que las rampas se retiraron con autorización de la Fundación Metrovía para mejoras técnicas, pues estas también provocaban accidentes.

Aunque la carta estaba dirigida a Carranza, la misiva se sumilló al gerente de operaciones, quien afirma haber “respondido en términos técnicos los pormenores”.

Acerca de los recorridos, enfatiza que la planificación se hace de acuerdo con la demanda de usuarios. También menciona que periódicamente se realizan revisiones de tipo técnico para optimizar el servicio.