Acción. Activistas franceses, durante una protesta contra la existencia de centrales nucleares en París, ayer.

Chernobil: 30 anos de una pesadilla ambiental

El gobierno dice que tiene muchas limitaciones. No me atrevo a ver a la gente a los ojos.Valery Kashparov, Director de Radiología Agraria

Hace exactamente 30 años, el fuego de la catástrofe de Chernóbil quemó el suelo de Ucrania, entrando en la historia como el mayor accidente de origen tecnogénico del siglo 20. Como resultado de la explosión del reactor 4 de la Central Nuclear de Chernóbil en la madrugada de aquel fatídico 26 de abril de 1986 y del escape de una enorme cantidad de sustancias radiactivas a la atmósfera, solamente en Ucrania fueron contaminadas con radiación cerca de 3 mil localidades situadas en 12 de las 25 provincias del país.

El desastre de Chernóbil, además de provocar numerosas víctimas directas entre los bomberos, soldados y policías que recibieron dosis letales de radiación al apagar el incendio y tratar de “sellar” el reactor destruido, afectó las vidas de millones de personas, de las cuales más de 200 mil tuvieron que ser evacuadas de los territorios contaminados de Ucrania, Belorrusia y Rusia.

Existe cierto consenso que 31 personas fallecieron de forma directa por la explosión en el reactor 4 que liberó un poder nuclear 200 veces superior al de las bombas de Hiroshima y Nagasaki combinadas, pero la cantidad de muertes desde entonces por trastornos genéticos, malformaciones de órganos internos y cáncer como consecuencia de la radiación está en disputa, según algunos cálculos la cifra se eleva a 500.000 muertos.

Ese contador de víctimas fatales sigue en aumento con “cinco millones de personas que viven hoy en día en áreas contaminadas de Ucrania, Bielorrusia y Rusia y se ven afectados por partículas de estroncio y plutonio que son absolutamente peligrosas si se inhalan o ingieren”, indica Rashid Alimov, activista antinuclear de la sede Moscú de la organización Greenpeace.

El ambientalista explica que “cada vegetal que se cosecha, vaso de agua que se tome, pescado que se coma” son un peligro para la población, al igual que “el humo radiactivo de la gran cantidad de incendios forestales que hay alrededor de Chernóbil”, especialmente en el Bosque Rojo, llamado así por el color que tomaron los pinos al morir tras absorber grandes dosis de radiación.

En Bielorrusia, al borde de la zona de exclusión de Chernóbil y en la misma carretera los carteles advierten “¡Alto! Radiación”, se confirmó la presencia de isótopos radiactivos a niveles 10 veces superiores al límite de seguridad alimentaria en el país de la leche de vaca.

Los problemas en la salud que siguen generando son tales que existe la afección llamada “corazón de Chernóbil”, bautizada así por la gran cantidad de chicos que nacieron después de 1986 con problemas cardiacos, muchos de los cuales no son tratados adecuadamente y terminan muriendo.