
Chapuzon y encebollado para recibir el nuevo ano
Como cada año en esta fecha. La terminal terrestre lució llena ayer. Los viajeros coparon las boleterías con destino a las playas del país. General Villamil, Posorja, Santa Elena fueron los destinos preferidos, tanto así que las filas para adquirir un
La espera fue larga. Como cada año en esta fecha. La terminal terrestre lució llena ayer. Los viajeros coparon las boleterías con destino a las playas del país. General Villamil, Posorja, Santa Elena fueron los destinos preferidos, tanto así que las filas para adquirir un boleto superaban varios metros. La columna de los que iban a la Península rodeaba el espacio hasta el área comercial de la terminal.
“Así es cada año, toca esperar”, fue el consuelo de Sonia González, quien se dirigía a Salinas y llevaba tres horas esperando por un boleto.
Igual sucedió con Christian Daza, que quería viajar a General Villamil, pero llevaba dos horas esperando y no podía encolumnarse. “He pedido que me compren un boleto, pero nadie me quiere hacer ese favor”, comentó.
Para esta fecha, la terminal terrestre de Guayaquil supera la cantidad de usuarios cotidiana. Para este fin de semana, la estación tenía previsto recibir unos 300.000 pasajeros, de ellos, gran cantidad optó por la playa para disfrutar lo que queda del feriado.
Quienes se quedaron en la ciudad, decidieron visitar las piletas. El balneario del sur, Coviem, recibió ayer a 1.260 personas, uno de ellos fue Iván Villón, quien acudió al sitio con sus dos hijos de 13 y 12 años. El sol fue el aliciente para salir de sus hogares y refrescarse con un chapuzón.
Las picanterías, uno de los espacios más visitados, al menos, hasta el mediodía de ayer, en cambio, aprovecharon el momento. Iniciaron bien el año. Familias enteras y adultos con resaca fueron en busca de sus manjares: cebiches y encebollados.
Ángel Macías, propietario de la picantería Angelito, ubicada en la Novena y Gómez Rendón, por ejemplo, hasta las 11:00, había vendido 1.000 encebollados. Al lugar la gente había llegado desde las 07:00.
En otros puntos de la urbe, como 4 de Noviembre y Los Ríos y Cevichería Pepe 3 en la Alborada, el movimiento fue el mismo. Los clientes llegaron desde las 06:00. “Algunos vinieron a terminar la fiesta o a levantarse con un buen curtido de pescado, aguacate y maní”, precisó Carolina Lavayen, responsable del lugar.
El comercio se activó a las 13:00
A excepción de las piscinas y picanterías, las actividades en Guayaquil hicieron un pare. Nadie atendió al público hasta pasadas las 13:00. De hecho ciertos restaurantes, minimarkets, locales de la bahía y centros comerciales como Mall del Sol y Riocentro Sur y Los Ceibos, atendieron recién pasadas las 12:30. El servicio estuvo abierto solo en los patios de comida y cines.
“Con todo cerrado nos tocó idearnos qué hacer. Yo aproveché para ir a los parques y hacer una buena parrillada”, dijo Jorge Bermúdez, morador de Sauces 6.