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Quito. Los prefectos y prefectas sesionaron ayer en la sede del Consorcio de Gobiernos Provinciales.Angelo chamba / expreso

Ceder, una señal de que se está de salida

El Gobierno, a seis meses de entregar el poder. Recular, una forma de ganar simpatía

Recular, un verbo que define varias de las acciones del Gobierno nacional a lo largo de estos casi cuatro años de gestión, pero hacerlo con tal rapidez es lo que ahora llama mucho la atención.

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Luego de una reunión infructífera entre alcaldes y el presidente Lenín Moreno para llegar a un acuerdo en el pago de sus haberes, cuatro primeros ediles decidieron iniciar una huelga de hambre. No le dieron ni siquiera la oportunidad a que sus estómagos digirieran el almuerzo, que el Gobierno cedió a sus pedidos.

Mauricio Alarcón, director ejecutivo de la Fundación Ciudadanía y Desarrollo, considera que las últimas acciones están más direccionadas en mejorar la imagen y credibilidad respecto a los ciudadanos de un gobierno que está de salida. “Recula para terminar bien. Sabe lo que puede terminar costándole que el presidente de la Asociación de Municipalidades y otros alcaldes se declaren en huelga de hambre y que esta dure, es un impacto negativo. Y terminan resolviendo todo a tontas y locas en tiempo récord”.

Es compresible, pero no justificable. A criterio del analista político, Jacinto Velázquez, la decisión del Gobierno de ceder a la presión de los alcaldes. “No puede perder autoridad, ni mostrar debilidad y las cosas no cambian porque un presidente se vaya o porque otro llega al Gobierno. Ecuador es el Ecuador... Lo que hace Moreno es explicable, pero no justificable: ‘Por qué tengo que pagar las consecuencias. Me voy y punto. Que lo atienda el siguiente (Gobierno)’. No debe ser así. Se debe gobernar desde el primero y hasta el último exactamente igual”.

¿Entonces ceder es el camino más cómodo en estas circunstancias: un gobierno con escaso dinero, con una credibilidad baja y a poco meses de entrar el poder? “No debía hacerlo, pero humanamente es comprensible. Ahora, la razón la tienen los municipios. No quieren que les regale dinero, sino que les devuelve el dinero que les corresponde”.

Tanto para Velázquez como el politólogo y máster en Gobierno y Gestión Pública en América Latina, Alex Cedeño, el problema es de fondo. A criterio de este último experto, el actual Gobierno no ha podido aproximarse a los problemas de densidad relacionados a la democracia, ni producir los cambios que la sociedad reclama. “El rasgo característico de la administración actual se ha circunscrito a la resistencia institucional y a la inhabilidad en torno a la planificación y evaluación de políticas públicas”.

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En otras palabras, ahonda Cedeño, es una administración “con excesiva concentración de poder y con un profundo irrespeto a las asignaciones de los gobiernos locales; pero, sobre todo, un gobierno con el imperioso deseo de elaborar la agenda pública, en función de los deseos de quienes conformaron la mesa chica decisional, cuyos actores están identificados”.

Un encuesta de Cedatos, a septiembre de este año, ubica la credibilidad ciudadana en el presidente Moreno en el 6,2 % y un 89,6 % que no le cree. Faltan seis meses para que entregue la banda presidencial y solo ahí se verá si esta agenda de ceder tiene su efecto.