Caterina Costa: “disfruto profundamente de mi familia”
Caterina Costa von Buchwald siempre se destacó con claridad tanto en sus estudios universitarios como en sus plausibles logros profesionales.
Caterina Costa von Buchwald siempre se destacó con claridad tanto en sus estudios universitarios como en sus plausibles logros profesionales. En esta entrevista charlamos de esos aspectos más humanos que, desde una sociedad que cambia rápidamente, pueden provocar inquietud acerca de cómo enseñarle a la siguiente generación lo que realmente es importante.
“Enseñar y formar a nuestros hijos en la sociedad moderna va por dos caminos: El uno, mediante un diálogo frontal, transparente, cercano, frecuente, sincero; y, el otro, a través del ejemplo, que aplica para quienes nos rodean y observan porque se aprenden muchas cosas: los valores, sueños y sentimientos que forman nuestra propia individualidad”.
-¿Valores como la ética?
La ética es un concepto que no tiene tiempo ni espacio. Es fundamental y ella nos permite vivir respetando nuestra dignidad humana, abriéndonos las vías para un futuro mejor. Los valores no cambian con el tiempo, por eso hay que transmitírselos con claridad a la siguiente generación.
-La familia sigue siendo la base...
Sí. El núcleo de la sociedad y donde debe haber un respeto profundo entre padres e hijos y una valoración del rol que cada uno tiene y, aún reconociendo que su conformación puede ser muy diversa, siempre deberá ser el espacio que les dé las herramientas a sus integrantes para poder desarrollarse de la mejor manera.
-¿Y cuál es esa manera propia que tienes dentro de tu hogar?
Mi entorno familiar tiene tres espacios: el tronco que es el que comparto con mi marido, Luis García, y mis hijos, el cual tiene dos raíces muy profundas y maravillosas que vienen, por un lado de la línea de mis padres (los Costa von Buchwald); y, por otro, la de mis suegros (los García Plaza). Me encanta ocupar mi lugar como hija, madre, esposa, tía, nuera, cuñada... cada rol tiene su propia esencia y encanto.
Disfruto profundamente a mi familia. Me siento feliz de poder sumarme a las iniciativas u ocurrencias de mi esposo, de mis hijos y de los demás. Aunque no lo parezca, mi cónyuge y yo somos bastante tradicionales en nuestros estilos para cultivar el cariño y respeto en familia.
-¿Cuáles son los retos de las siguientes generaciones?
Las siguientes generaciones deberán ser muy conscientes de mantener en su vida un enfoque hacia lo trascendente, de tal forma que puedan en cada momento aportar a la construcción de una sociedad mejor.
Buscar el equilibrio entre el trabajo y la familia, como un esfuerzo para los hombres y mujeres de hogar, ya no como un tema de interés solo para las esposas o madres. En las parejas jóvenes ya hay más conciencia de cuánto se pierde cuando ambos no participan en estos espacios. La persona logra una vida mucho más rica, y a los hijos les permite desarrollar sus roles esenciales con oportunidades más amplias.
-La amistad, ¿otro valor y experiencia en el desarrollo humano?
Para mí, el amigo es el hermano que te regala la vida. La amistad es una de las experiencias más ricas que puede tener una persona. Tener amigos es algo esencial. Implica abrir el horizonte, para no ahogarnos, pero también requiere de trabajo y dedicación. Con ellos uno experimenta la diversidad.
Con mi esposo hicimos una maestría en New York University, éramos un grupo de 70 personas de todos los continentes. ¡Maravilloso! Ganamos 70 amigos a quienes buscamos y con quienes compartimos cada vez que viajamos, y también consultamos cuando tenemos necesidades de una opinión jurídica de sus países.
Asimismo, la OIT me dio la oportunidad de un curso, cinco dirigentes gremiales del sector empleador por cada continente, recibir experiencias de tantas culturas fue enriquecedor. He tenido la suerte de encontrarme por casualidad, en una ciudad de 25 millones de habitantes, a un querido y viejo amigo en la mitad de la calle. Eso es amistad: tener la felicidad profunda de vernos en cualquier momento y lugar.
-¿Y los retos de las madres en el futuro próximo?
Son muchos. Primero, lograr que en la formación de los hijos exista un balance entre amor y disciplina, de tal manera que tengan las herramientas para superar los obstáculos que presenta el mundo moderno y aceptándolos como, una vez superados, la satisfacción del deber cumplido. Y que se aferren a lo que creas en defensa de los principios.
Otro reto es participar del proyecto de vida que vayan construyendo los hijos. Y, por último, algo que aprendí de mis padres, formarlos reconociendo que “una vida que no sirve para servir no sirve para ser vivida”. El enfoque al prójimo es básico para poder llegar al final del camino, en paz con uno mismo.
Personal
- Cargo: Presidenta de la Cámara de Industrias de Guayaquil.
- Edad: 52 años.
- Casada con: Luis García Plaza
- Hijos: María Gabriela (24), Luis Eduardo (19) y Juan Sebastián (10).
- Estudios: Abogada, graduada en la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil. Maestría en Administración de Negocios en la Universidad Santa María.