A la casa del ritmo

Por favor... No sean malitos: destituyan al contralor. Quiero ver cómo Abdalá Bucaram -que no amenaza por gusto con movilizarse hacia la Asamblea- les da su merecido. No va con flores. Y no seré el único que lo disfrute, pues ya nos hartaron. Destituyen al excontralor sin dejarlo decir ni pío. Ahora quieren callar al nuevo para que no hable sobre la oscura deuda contratada por el ex, que ¡por fin! aparece mencionado en uno de los audios como quien nombró a un embajador cajero. Es decir, un recaudador. ¡Quespues! ¿El presidente del Ecuador nombrando “cajeros” en lugar de embajadores? ¿Fiscal? ¿Qué es esto? Ya sé. No me conteste. Me dirá que no es prueba. ¿Qué tal entonces, si usted convierte en pruebas las declaraciones de quien dijo eso, llamándolo a testificar? Verá. Es sencillo: solo tiene que convertir en piezas procesales sus declaraciones. Le cuento que hay pruebas documentales y pruebas testimoniales. Si lee el Código de Procedimiento Civil, lo va a encontrar ahí. Entonces, las conversas no son pruebas porque usted no hace nada por convertirlas en pruebas. Tiene que llamar a declarar a quien nos reveló que el chico del ático ponía cajeros en lugar de embajadores. Y como su deber es averiguar la verdad, tiene que descubrir qué es lo que este señor quiso decir. Por fin llegamos a él: quien daba las órdenes. El jefe de JG. El mero mero. Ese que planean ir a visitar en horas laborales. ¡Se van a la casa de la belga nación pagados por los catorce millones de pendejos! ¡Ah! ...cierto, no es casa sino ático. Con cama sin almohada. Da igual. La Gaby está bastante robusta. Parece que es buen diente y nos va a costar bastante. Además, ¿por qué tenemos que pagar nosotros el “acercamiento” Pati-Mashi? No los deje Lenín. Convoque la Constituyente. Recuerde: al hacer las reglas electorales (art. 444 CRE) usted puede suspender el ejercicio de la Asamblea mientras sesiona la Constituyente. Y esta es quien tiene la carga política de reconfirmarlos o cesarlos, no usted. El público lo va a aplaudir si es usted quien los manda a ...la casa del ritmo. Así sea por un tiempo. Por abusones.