El 26 de octubre Emelec volverá a Quito para enfrentarse a Universidad Católica.

El cansancio, el otro rival de Emelec

La derrota ante Liga de Quito sacó a la luz las limitaciones del plantel azul.

Casi a la media noche del 23 de octubre, un avión aterrizaba en Guayaquil con los integrantes de Emelec, luego de su derrota (2-0) ante Liga de Quito, en la primera semifinal de la Copa Ecuador disputada en el estadio Rodrigo Paz. Bajo otras condiciones, un equipo del nivel del Bombillo debía pernoctar en la capital de la república, pero los azules no tienen tiempo para descansar.

Tres días antes el equipo había realizado un gran esfuerzo para golear a Barcelona en el Monumental y consolidar así sus opciones de clasificar a los playoffs, pero cuando todo hacía pensar que el director técnico Ismael Rescalvo utilizaría por lo menos a algunos reservas, sorprendió ver el mismo 11 abridor.

La importancia del juego, donde se busca el paso a la final del inédito torneo, obligó al estratega español a botar toda la carne al asador, pese a tener el nómina a elementos como Nicolás Queiroz, Ronaldo Jhonson, Gabriel Cortez, Fernando Luna, Edwuin Pernía u Holger Matamoros, quienes parecen no estar a la altura de lo requerido.

Otros casos, como los de Pedro Quiñónez y Oscar Bagüí, por su edad simplemente no están en condiciones de aportar durante 90 minutos, y menos en una ciudad de altura.

Las reglas del juego son esas y no hay tiempo para lamentarse, porque a la vuelta de la esquina (el 26 de octubre) los millonarios tendrán que volver a Quito para jugar buscar el punto que selle su paso a la siguiente fase de la LigaPro, esta vez ante Universidad Católica en el estadio Atahualpa, a las 15:30.

Como si todo esto fuera poco, el 30 de octubre la tropa de Rescalvo recibirá a los azucenas en el Capwell, tratando de remontar la desventaja con la que se marcharon de Casa Blanca, para seguir aspirando a convertirse en los primeros campeones de la Copa Ecuador.

La crisis social que vivió el país apretó la agenda, y cuando los clubes debían demostrar la riqueza de sus planteles Emelec sacó una mala calificación, al menos por ahora.