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Una candidatura sin redito

Ecuador, de ganar la Presidencia de la ONU, no podrá presentar una agenda de temas para el organismo. El cargo es honorífico y de dirección de la Asamblea.

5 de junio será la elección de la presidenta del 73 período de sesiones de la Asamblea de la ONU.

Que Ecuador presida el 73 periodo de sesiones de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) puede hinchar el pecho de orgullo a más de uno, pero solo eso. A más del prestigio y del honor que puede provocar, que la canciller María Fernanda Espinosa llegue a tal alto cargo no significa ningún beneficio para el país frente al más grande foro del mundo con 193 países.

De acuerdo con el artículo 35 del reglamento de la Asamblea General de la ONU, las atribuciones de su titular son básicamente dirigir el foro de las sesiones, conceder la palabra, velar por la aplicación del reglamento, entre otras funciones inherentes a la dirección. “Ella no podría sugerir temas... Es un cargo honorífico, pero que en la práctica para Ecuador no significa que pueda plantear problemas del país o que pueda beneficiarse”, comentó a EXPRESO el exvicecanciller Marcelo Fernández de Córdova.

Entonces, ¿cómo entender el interés del Gobierno Nacional en captar la Presidencia de la Asamblea General de esta organización? “Vanidad. Simplemente vanidad”, responde Fernández, quien además cree, en caso de ser electa, podría convertirse en una forma “elegante” de hacer a un lado a una canciller cuestionada por la oposición política por no adoptar una postura firme y crítica en contra de la delicada situación en Venezuela y Nicaragua.

Con él concuerda el catedrático en Derecho Internacional en las universidades Católica de Santiago de Guayaquil y Espíritu Santo, Johnny Roca de Castro. Él también percibe vanidades y solo una ganancia personal para llenar un espacio en una hoja de vida... y nada más. Justifica su comentario argumentando que Espinosa empezó mal su candidatura, primero, al privilegiar una agenda personal y no del país, segundo, al no honrar el compromiso con Honduras, y un tercer aspecto. “Es imperdonable que Ecuador no se sume a todos los reclamos de las naciones civilizadas del mundo que están opuestos a las actuaciones del Gobierno venezolano. ¿Usted cree que a los países del mundo se les pasa por alto estas situaciones? No. Ellos saben que Ecuador no honró su palabra y está haciendo un papelón”.

La canciller Espinosa, antes de iniciar su licencia para promocionar su postulación, descartó que se trate de una candidatura personal y que Ecuador tiene las credenciales suficientes para asumir la Presidencia.

La funcionaria describió el cargo al que postula como una gran operación que iría más allá de la mera dirección. “Hacer consultas con los grupos regionales y con los países claves de la ONU para ver dónde están los procesos de negociación, las dificultades. Son cientos de procesos de negociación”.

Lamentó que las críticas hacia su postulación vengan de dentro del país. No obstante, ve una buena acogida luego de su entrevista del pasado 4 de mayo con los miembros de la Asamblea. Eso solo se sabrá a inicios del próximo mes.

Otros datos

La elección

El voto es universal y secreto. En la elección del presidente de la Asamblea General se tendrá en cuenta la rotación geográfica equitativa de ese cargo entre las regiones. Para esta sesión, el cargo debe recaer en un representante de América Latina y el Caribe.

El primero

Leopoldo Benites es el único ecuatoriano que hasta la fecha ha presidido la Asamblea General de la ONU entre 1973 y 1974. Fue representante permanente de Ecuador ante las Naciones Unidas desde octubre de 1960. Era licenciado en Ciencias Políticas.

Sobre Honduras

La canciller Espinosa explicó que no existe un documento oficial en el que Honduras aceptara el intercambio de voto a favor de su candidatura por el voto favorable a la postulación ecuatoriana de Patricio Pazmiño para juez de la CorteIDH.

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