La doctora Viteri cuenta con nuestro absoluto respaldo porque confiamos en su honestidad, experiencia y valentía. ( Jaime Nebot, alcalde de Guayaquil)

El candidato que no fue

Uno de los argumentos del PSC-MG para la venia a Viteri han sido las encuestas. Su aceptación, como es de esperar, difiere según la encuestadora.

Dos cabezas, un cerebro. El Partido Social Cristiano y Madera de Guerrero (PSC-MG) han dado un paso adelante en las definiciones electorales esta semana con la polémica nominación de Cynthia Viteri por La Unidad que, luego de las negativas públicas y privadas de Jaime Nebot a correr por la presidencia, lucha por sobrevivir. El escenario socialcristiano, sin embargo, no contempla un relevo en la tarima, que ahora comparten dos voces con un mismo discurso.

La estrategia sigue generando suspicacias. Con el calendario en mano y señalando el 25 de julio o el 9 de octubre, las fuentes del resto de movimientos en La Unidad, consultadas por EXPRESO, se mantienen a la espera de un cambio en el discurso de Nebot. Esto, pese a que no exista evidencia para tomar tal escenario como probable. Ninguna.

La explicación tiene entonces otro tinte. Es una estrategia, sí. Es un cálculo electoral, también. Pero, de ninguna forma, busca en Nebot un candidato, sino un líder. Uno que llegue más allá de Guayaquil, trinchera segura, pero limitada. Un rostro nacional, en resumen.

Henry Cucalón, asambleísta, director provincial y uno de los oídos más cercanos a la voz máxima de La 6, hace referencia a la estrategia con título y pompas: “El plan para el fortalecimiento de la imagen nacional de Jaime Nebot”. Largo pero claro.

Son tres líneas para explicar decenas de preguntas lógicas: ¿Por qué, si ha decidido no aparecer en la papeleta, Nebot da la cara en las tarimas? ¿Por qué volvió a Quito después de una década? ¿Por qué estuvo en Machala, en Babahoyo? ¿Por qué irá pronto a Tulcán? ¿Por qué ahora? ¿Por qué así?

El plan socialcristiano, según Cucalón, gira sobre la necesidad de devolver al PSC la proyección nacional a través de la imagen de Nebot y permitirse así duplicar su capacidad de transmisión de los mensajes.

El propio alcalde de Guayaquil, que durante su visita del jueves a Babahoyo reconoció de sí: “Dicen que doy discursos bonitos”, se encargó desde esa tarima de delinear el camino de lo que, puede presumirse, será su rol. “Lo que sirve es el mensaje, lo que sirve es movilizar las consciencias. Y eso es lo que tenemos que hacer ahora”, reclamó a sus bases, señalando su tarea.

Y luego, delegando en Cynthia Viteri, a quien aún sin confirmación por los socios de La Unidad se considera en la formación guayaquileña como la candidata, una tarea clara y también pública: “Hay que recorrer el país. Yo creo que la abogada Viteri empezó a hacer eso hoy y va a hacer eso desde ahora. Tiene muy buen criterio para eso”, aseguró Nebot desde el atril. Intentó matar entonces las agónicas esperanzas que restan en sus bases; asignándose así el único título que hoy le calza, el de un candidato que no fue. Y promete no ser.

Los estrategas socialcristianos, en cuyos números se suma una capacidad de crecimiento para Viteri, con la que no cuenta Nebot, a quien las encuestas atribuyen alta aceptación, pero no bajo rechazo, creen que se les ha entregado una dupla de provecho.

“La figura del alcalde Nebot no solo es inspiracional, sino ejemplificadora porque son las ideas que vamos a promover en una eventual campaña”, adelanta Cristina Reyes, asambleísta y directora del partido en Guayaquil. La dirigente local descarta una de las preocupaciones constantes entre sus colegas de Avanza y SUMA, que luchan aún por recuperar la estabilidad en La Unidad: que una campaña a dos voces termine fortaleciendo la imagen del no candidato y opacando al rostro en la papeleta.

“El alcalde estará donde tenga que estar”, sentencia Reyes, en claro rechazo a la broma política que recorre la periferia socialcristiana, según la cual la nominada debería acompañarse de Nebot solamente “hasta La Cadena (límite entre Guayas y Manabí); de ahí para adelante, que vaya sola”. Aunque irónico, el comentario ejemplifica un temor político evidente, que los socialcristianos, aún negándose a reconocerlo en grabadora, ya han zanjado: Cynthia Viteri debe ser un nombre propio.

“Si ella es la candidata, ella tiene que liderar su campaña y su estrategia”, continúa Reyes, rehuyendo de expresiones duras. La representante de La 6 considera imposible que no se identifique a Viteri con la “vertiente” que representa Nebot, pero cree que “ella ha creado una figura propia”, una figura admirada, confiesa, por la propia Reyes, cuadro joven del movimiento.

La presencia juvenil en el socialcristianismo, tal vez consciente de que 1 de cada 3 votos será depositado en febrero por ecuatorianos entre los 16 y 25 años, es vital. Su plan de reclutamiento, generación de ideas y capacitación de cuadros, denominado La Cantera, ha sido la excusa principal para mover a Nebot por el territorio nacional.

Josué Sánchez, director nacional de La Cantera, descarta que su líder pueda opacar la candidatura de Viteri (“es fundamental que la acompañe”, advierte) y reconoce como “importantísima” su presencia en la gira por haber “asumido un compromiso” con las bases juveniles. El también concejal calcula que en el último año La Cantera ha capacitado a 10.000 jóvenes en el país (la tercera parte solamente en el Puerto Principal) y considera que se encaminan “a tener más y mejores cuadros para 2019”.

La fecha importa. El PSC no habla solo del 2017. Va más allá, en una frase que desvela con claridad las intenciones de Nebot, cacique en retirada, de poner la mirada fija en su legado. A criterio de su círculo, el alcalde no quiere solamente generar nuevos cuadros, concretar una ideología e impulsar a una candidata con opciones reales de llegar a Carondelet; sino pasar a la historia habiendo rescatado al socialcristianismo de sus peores resultados electorales. Aunque para ello sea necesario un sacrificio. Aunque el sacrificio, de momento, sea él.