Lo que se requiere. Según la Cámara de Agricultura, es preciso revisar la política salarial en el campo, pues eso también está llevando a la contratación informal.

En el campo crece el empleo, pero cada vez es mas precario

Lo que se requiere. Según la Cámara de Agricultura, es preciso revisar la política salarial en el campo, pues eso también está llevando a la contratación informal.

En el sector rural la recuperación del mercado laboral se ha convertido en un espejismo. Aunque la tasa de desempleo de septiembre haya logrado marcar su nivel más mínimo (1,7 %), eso no se traduce en bienestar para su población. Todo lo contrario. La precarización laboral ha venido aumentando, hasta el punto de incidir en los niveles de pobreza. Según el INEC, en los últimos 5 años, esta tasa creció de un 38,0 % a un 43,0 %.

Desde el Ministerio del Trabajo, optan por analizar las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) como un logro en este sector. A decir de Raúl Ledesma, secretario de este ramo, una menor tasa de desempleo responde a las últimas políticas agrarias que se han venido implementando, como la creación de los contratos laborales que en su mayoría, dice, facilitan la contratación de trabajadores en esta parte del país. “Hay contratos para el sector arrocero, palmicultor, acuícola, contratos que antes no teníamos, que no permitía hacer ese empleo visible porque se contrataba informalmente a las personas (sin beneficios), se les pagaba el día y ya está”.

Pero para Ney Barrionuevo, director del Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural en Ecuador (Rimisp), el problema del campo no es el desempleo, sino la calidad del empleo que existe. Así lo confirman las mismas estadísticas del INEC, que reflejan cómo de forma contraria la tasa de subempleo del sector rural ha venido creciendo. Esta en septiembre del 2014 (año en el que INEC empezó a registrar cifras laborales del campo) era de un 17 %, pero en igual mes de este año cerró en 22,5 %. De acuerdo con las cifras oficiales en ese mismo lapso, el número de personas empleadas creció de 2,2 millones a 2,7 millones. Un ritmo de crecimiento menor al que registraron los subempleados (estos fueron de 404.261 a 618.153).

Barrionuevo menciona que el trabajo que se genera en el campo, en su mayoría, es por el autoempleo y eso explica la incidencia de la pobreza rural. “Un agricultor se emplea a él mismo o emplea la mano de obra familiar, pero son plazas que llegan a tener una remuneración muy baja o simplemente no la tienen”.

Para resolver la crisis económica y social que vive el país, también es necesario que el Gobierno voltee su mirada hacia el campo, donde los más afectados son los jóvenes. Según Barrionuevo, el 74 % de las personas que no tienen trabajo en este sector, son aquellas que tienen entre 18 y 19 años de edad.