Quito. El presidente Rafael Correa mientras votaba en la escuela San Francisco de Quito.

Un cambio de era

10 años. Rafael Correa entregará el poder el próximo 24 de mayo. Fue despedido por sus simpatizantes con vivas y abrazos

Por primera vez, desde 2007, no encontró su foto en la papeleta electoral. Rafael Correa dejará el poder en apenas 52 días. Ha sido el mandatario que más tiempo ha permanecido en el poder desde el regreso a la democracia en 1979.

Para el oficialismo, la ‘era Correa’ ha sido sinónimo de estabilidad política y recuperación económica. Para sus críticos, el proyecto que empezó con amplias expectativas de reforma terminó bajo la sospecha del autoritarismo y la corrupción.

A pesar de eso, las cifras de su popularidad personal siguen siendo altas. Según la empresa encuestadora que se consulte, bordea el 40 %. El oficialismo asegura incluso que es uno de los mandatarios más populares de la región.

Una muestra de eso se vivió la mañana de ayer, en la Escuela San Francisco de Quito, en el norte de la capital. A las 07:30, el mandatario llegó para votar. “Correa, amigo, el pueblo está contigo”, “Gracias presidente”, “Te vamos a extrañar”, le gritaban sus simpatizantes. El enorme despliegue de seguridad, entre policías y militares, no fue obstáculo para que sus seguidores se acerquen y le den la mano. Él se mostró receptivo. En varias ocasiones rompió el protocolo para saludarlos, abrazó a algunos de ellos y se tomó varias fotos.

Con los medios habló de unidad y transparencia. “Vamos a dejar la mesa servida al nuevo Gobierno. Va a ser una transición pacífica, informada, sin sobresaltos y con la mayoría de los problemas resueltos, al menos, comparados con lo que recibí en el 2007”, dijo a los periodistas.

Y aseguró que ese modelo de transición la cumplirá sea cual sea el resultado. “Yo no mando aquí, manda el pueblo ecuatoriano y es la voluntad del pueblo la que va a decidir”, afirmó. El Gobierno conformó un Comité de Transición que dejó listos tres libros, unas 1.000 páginas en total, con el resumen de la gestión de la presidencia así como los ministerios.

Correa, quien en su larga gestión también fue uno de los promotores del eje bolivariano, sabe que el resultado también tendrá impacto en América Latina después de que países como Perú y Argentina han optado por gobiernos más cercanos a la tendencia de derecha.

“No es un momento crítico para la región pero sí decisivo, porque hemos tenido una reacción conservadora en los últimos años. Las elecciones ecuatorianas son muy importantes para ver si continúa esa tendencia o retoma fuerza la tendencia progresista”, dijo.

El mandatario, después de una campaña caracterizada por la confrontación, pidió que no se hable de fraude, con pruebas falsas, sin presentar una denuncia formal. Llamó a los actores políticos a actuar con seriedad. “A ser humildes en la victoria y dignos en la derrota. Todos a rechazar los actos de violencia o intimidación que pongan en riesgo la estabilidad política y la paz social”, afirmó.

Y así, el todavía presidente dejó el recinto electoral tal como ingresó: dando la mano, abrazando y tomándose fotos.