Movilización. Estudiantes y maestros de las universidades Andina y Flacso marcharon ayer para protestar y pedir la renuncia de René Ramírez, principal de la Senescyt.

En la calle, dos universidades reclaman fondos y autonomia

Alumnos y profesores pidieron al Gobierno autonomía y recursos económicos.

Una imagen poco usual en los últimos años. Alumnos y profesores de dos universidades de posgrado movilizados pidiendo al Gobierno autonomía y recursos económicos.

Ocurrió ayer en Quito. Los estudiantes y académicos de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) y de la Universidad Andina Simón Bolívar se juntaron para hacer sentir su malestar.

La marcha paralizó, por momentos, varias calles del norte de la capital. Usaron tarros, pitos y tambores para hacer bulla y llamar la atención de los ciudadanos. Lo lograron. Muchos los aplaudieron a su paso o hicieron sonar el claxon de los vehículos.

La marcha fue pacífica y escoltada por policías nacionales y agentes de tránsito. Terminó frente a la Secretaría de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Senescyt).

¿Qué reclaman? Juan Ponce, director de la Flacso, denunció ayer, frente a la entidad gubernamental, que no reciben los recursos que les corresponden, desde enero de este año.

Esto significa casi ocho millones de dólares y la falta de este dinero pone en peligro la apertura del nuevo programa de maestrías, previsto para octubre.

Similar es la situación de la Andina. Álex Remache, director académico, dijo que la deuda del Estado bordea los diez millones de dólares.

En un comunicado, la Senescyt reconoció la deuda que mantiene con estos centros, correspondiente a 2016. “Se realizarán las gestiones necesarias para el cumplimiento de la misma”, aclaró el escrito.

Pero, ese no es el único problema. Ponce dijo a los estudiantes que, en los próximos días, se enviará a la Asamblea una reforma a la Ley Orgánica de Educación Superior. “Si esta es aprobada, Flacso Ecuador perdería su carácter de universidad internacional de posgrado y los títulos académicos no serían reconocidos fuera del país”, afirmó.

La respuesta del Gobierno es que no trata de desconocer el carácter internacional de esta universidad, no obstante, al recibir asignaciones del Estado se debe acoger a las leyes nacionales; sobre todo en lo relacionado a la rendición de cuentas.