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El buque que navego todos los mares

El barco más sobresaliente del Ecuador está de regreso. Sus grandes velas a estas horas se dejan impulsar por vientos nacionales. Para cuando este martes ingrese por el golfo de Guayaquil camino al río del cual toma su nombre, habrá cumplido la mayor d

El buque que  navegó todos los mares

El barco más sobresaliente del Ecuador está de regreso. Sus grandes velas a estas horas se dejan impulsar por vientos nacionales. Para cuando este martes ingrese por el golfo de Guayaquil camino al río del cual toma su nombre, habrá cumplido la mayor de sus travesías: navegar por todos los océanos y mares.

Partió una mañana de mayo del año pasado. Tenía un cometido: Circunnavegar por primera vez el planeta. Parecía entonces un sueño lejano. Nunca antes una embarcación ecuatoriana lo había intentado. No tenía porqué. Ese reto estaba predestinado para el Guayas, el buque escuela de los marinos del Ecuador que es al mismo tiempo una embajada flotante.

Partieron emocionados y con el ímpetu de saber que iniciaban una tarea histórica. De la importancia del viaje todas las 162 personas que iban a bordo, entre oficiales, guardiamarinas y tripulantes, entre ellos 11 mujeres y 9 músicos de una banda, estaban enterados.

“Este es un sueño reciente. No ha sido el sueño de mi vida porque ni siquiera alcanzaba a imaginarlo”, dijo en los días previos a la partida Carlos Zumárraga, el capitán de navío que comandó la expedición.

En sus 36 años de existencia, el buque escuela Guayas, es el único velero de su clase en América que no había realizado una circunnavegación. Era un reto pendiente y una aspiración de la Armada del Ecuador.

Un sueño cumplido: navegó 33.790 millas náuticas a lo largo de 10 meses y preparó a dos grupos de guardiamarinas. El primero se licenció en septiembre pasado. El otro viene navegando. Y ahora está de regreso. Cumplió todos los objetivos. Porque para este monumental recorrido debía cumplir con una programación que implicaba mucho más.

El Buque Escuela Guayas debe también promover la imagen de la Armada y del país en los puertos que visitó como embajador itinerante. En cada país en el que estuvo le correspondió mostrar productos ecuatorianos, tanto primarios como industrializados. Desde banano, cacao y café, hasta flores y artesanías. Además del universo turístico ecuatoriano.

El largo viaje llevó al Guayas por todos los océanos del planeta. Pero permitió a su dotación conocer las culturas de pueblos de 22 países en cinco continentes.

Antes de esto, gran parte de los viajeros habían hecho recorridos de no más de un mes en aguas territoriales ecuatorianas. Ahora suman vivencias en ciudades como La Habana (Cuba), Nueva York (Estados Unidos), Belfast (Reino Unido), Alensund (Noruega), Aalborg (Dinamarca), entre otras.

“Uno piensa en sus padres, en sus hermanos, en la novia”, dijo en octubre pasado Cristhian Garcés Suquinagua, uno de los guardiamarinas que cubrieron el primer tramo. “Es duro, pero todos sabíamos que estábamos obligados a manejar esas emociones. De eso se trataba también el viaje de instrucción, de recordar que somos hombres de mar”.

De 294 días de viaje, 208 se cumplieron por mares que no siempre fueron tranquilos. En algún momento el Atlántico los puso a moverse con olas de hasta cinco metros, y vientos de 62 a 74 kilómetros por hora.

“Mientras en el Pacífico navegamos en mar 2 (según la escala de Beaufort, que mide la intensidad del viento y las olas), en el Atlántico lo mínimo es mar 4. Pero durante dos días, nos movilizamos con un mar 8”, narró Richard Bonilla, otro guardiamarina del primer grupo.

En una de esas jornadas, la fuerza de los vientos provocó una emergencia: se rasgaron tres velas y hubo que cambiarlas en medio de un gran temporal. Hombres del trópico la mayoría, tuvieron que enfrentar el cumplimiento de sus ejercicios en un ambiente con temperatura de tres grados.

Se cumplieron hitos históricos. Por primera vez el Guayas atravesó el Canal de Corinto-Grecia, un estrecho canal de una altura de más de 40 metros y una extensión de 6,3 kilómetros de largo.

Pero también navegaron por el Mar Rojo, a lo largo del Golfo de Adén, con infantes armados en cubierta. Un sector donde se registra continuamente la presencia de piratas somalíes.

Con todo esto, el Guayas mantuvo permanentemente su rumbo. Está de regreso y trae las vivencias de su más largo viaje.