
La bolsa de valores un cisne en el mundo pero patito feo en Ecuador
Es evidente que la Bolsa de Valores es un cisne hermoso para el mundo, pero en Ecuador es como si fuera un patito feo, hasta cierto punto rezagado o muy poco tomado en cuenta por las empresas a la hora de buscar financiamiento.
En el mundo la Bolsa de Valores es un pilar para el desarrollo del sector productivo. Allí las empresas consiguen financiamiento a largo plazo, con ese dinero amplían sus negocios y así crean nuevas plazas de trabajo.
Pero, en Ecuador no influye de manera significativa en la economía del país. El año pasado el total de lo negociado en el Mercado de Valores ecuatoriano representa el 8 % del Producto Interno Bruto (PIB); mientras que en Colombia y Perú, fue de 25 % y en Chile, un 65 %. Así lo indica a Diario EXPRESO Paúl McEvoy, gerente general de la Bolsa de Valores de Quito.
Es evidente que la Bolsa de Valores es un cisne hermoso para el mundo, pero en Ecuador es como si fuera un patito feo, hasta cierto punto rezagado o muy poco tomado en cuenta por las empresas a la hora de buscar financiamiento.
Las cifras dicen que la Bolsa de Valores ecuatoriana todavía requiere desarrollarse.
Pero, según McEvoy, ningún mercado de valores en el mundo se ha desarrollado sin la participación de los fondos de pensión. “En el caso del Ecuador existe prácticamente un monopolio en la administración de los fondos, que está en manos del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) y del banco Biess, de sus activos de 17.000 millones de dólares, apenas un 2 % está invertido en el Mercado de Valores”, manifiesta McEvoy.
Por lo tanto se requiere una política enfocada a desarrollar la Bolsa de Valores, en otros países hay incentivos tributarios si es que se invierte en el Mercado de Valores.
En el caso de Ecuador se puede trabajar en un mejor marco regulatorio, para ayudar a los emprendedores, dice el gerente de la Bolsa de Valores de Quito.
Para McEvoy hay un segundo punto importante para desarrollar la Bolsa de Ecuador, es que exista un mayor conocimiento de parte del público acerca de las bondades y alternativas que ofrece el Mercado de Valores. Entre los beneficios están que la empresa puede diversificar sus fuentes de financiamiento; construir su propia propuesta de endeudamiento; acceder a una fuente de recursos estable de forma directa; conseguir plazos de financiamiento más largos a tasas muy competitivas y fortalecer la imagen empresarial para negociaciones locales e internacionales.
El punto de vista de Sergio Torassa, exdirector de la Bolsa de Valores y profesor de Finanzas del IDE Business School, reafirma la opinión de McEvoy. Torassa indica que es académicamente indiscutible que la diversificación financiera genera muchos efectos positivos sobre el aparato productivo de un país. De hecho, son abundantes los estudios que identifican a la diversificación como una de las condiciones necesarias para el desarrollo económico: gracias a ella es posible la realización y mantenimiento de grandes obras de infraestructura, el progreso acelerado de la industria y la aparición de empresas innovadoras que alientan la sofisticación de la producción y las exportaciones.
“En Ecuador, el peso del crecimiento de la financiación empresarial reciente ha sido asumido por la banca. Nuestras bolsas son muy pequeñas y pocas empresas han aprovechado las ventajas del fácil acceso a la financiación a largo plazo que las mismas proporcionan”, explica Torassa.
La situación es consecuencia de una multiplicidad de razones, que tienen que ver tanto con el marco regulatorio, como con la estructura de propiedad de las compañías, la cultura de los empresarios y los incentivos tributarios.
Sin duda, esta es una de las asignaturas pendientes que habrá de abordar el nuevo Gobierno que salga de las urnas en abril de este año, en coordinación con los intermediarios financieros, las propias bolsas y el organismo de regulación y supervisión.
Deja en claro que lejos de ser alternativas que compiten entre sí, bancos y mercados conforman un binomio en el que el desarrollo de una parte redunda de forma positiva sobre la otra.
Lamentablemente, entre 2006 y el año 2015, la capitalización bursátil de los mercados ecuatorianos -esto es, el valor total de todas las acciones de todas las empresas cotizadas- solo se incrementó en 2.662 millones de dólares, menos de $ 300 millones anuales.
No ha sido esta la tónica de la región, donde las bolsas de Colombia y Perú han crecido por encima de los 30.000 millones de dólares, seguida por la bolsa salvadoreña que lo hizo en 13.110 millones de dólares. Panamá vio cómo su capitalización crecía en casi $ 5.000 millones, mientras que la bolsa boliviana es la que mayor crecimiento porcentual registró durante esos años (el 177 %).