Bagdad. Miles de personas protestaron en Irak contra la ofensiva de EE. UU., Francia y Gran Bretaña en Siria.

La batalla por Siria ahora es en la ONU

El Papa. Dijo sentirse “profundamente” preocupado por “la incapacidad” para acordar una acción común destinada a la paz en Siria.

Tras el golpe militar, llega el diplomático. Estados Unidos y sus aliados se proponen lanzar esta semana una ofensiva en los organismos internacionales para arrinconar a Siria y a su gran padrino, Rusia. En un movimiento concertado, Washington, Londres y París quieren fortalecer las conversaciones del alicaído proceso de Ginebra, ampliar sanciones y abrir una investigación de largo aliento sobre el uso y almacenamiento de armas químicas por el régimen de Bachar al Asad. El Consejo de Seguridad de la ONU, Bruselas y la Liga Árabe son los enclaves desde los que se pretende activar este nuevo frente.

La victoria sabe a poco a los aliados. El ataque lanzado en la madrugada del sábado sobre objetivos sirios en represalia por el uso de armas químicas en Duma ha dado nuevos bríos a una vía que se daba por agotada. En los últimos meses, Rusia se ha empleado a fondo para amparar a su ahijado sirio. Tres veces ha bloqueado la renovación del mandato del mecanismo creado por la ONU para investigar el uso de gas por Damasco. Moscú ofrece como alternativa que las pesquisas las conduzca una organización independiente. El problema, según fuentes diplomáticas occidentales, es que la propuesta rusa se limita a exigir que se concluya si se utilizaron o no armas químicas, pero evita que se establezca la autoría del ataque. Justo el elemento que Occidente quiere que se aclare.

Para Estados Unidos, la responsabilidad siria está fuera de duda. En los documentos distribuidos por la Casa Blanca durante la operación del sábado se establece que el régimen de Bachar al Asad ha lanzado 30 veces armas químicas contra la población civil en el último año. La última fue precisamente el 7 de abril en la localidad rebelde de Duma, en las afueras de Damasco. En esta agresión, que ha sido el detonante de la intervención militar aliada, las tropas de Al Asad usaron, según la versión de Washington, “gas cloro y otro agente nervioso”, presumiblemente gas sarín, con un saldo de al menos 40 muertos y centenares de heridos.

Bajo estas coordenadas, la Casa Blanca quiere ahora dar otro paso en su estrategia. Uno de los foros elegidos es el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Allí se discutirá hoy una propuesta de los aliados para que Siria elimine su arsenal químico, una promesa que Siria y Rusia efectuaron en 2013 cuando Estados Unidos planeaba un ataque de castigo y que nunca se cumplió.

Otros puntales de la ofensiva diplomática son la creación de una comisión que determine la autoría del ataque de Duma, así como la petición a la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ), que ahora mismo investiga los hechos sobre el terreno, para que en 30 días determine qué oculta Siria en sus silos. Este movimiento se pretende que sea reforzado con una declaración de los ministros europeos de Exteriores reunidos en Bruselas y otra de la Liga Árabe. Estados Unidos, por su parte, lanzará un nuevo paquete de sanciones económicas contra empresas rusas que han participado supuestamente en la creación del arsenal sirio.

Las posibilidades de éxito de las diferentes iniciativas son complejas. Después de siete años de guerra civil, medio millón de muertos y 10 millones de desplazados, la resolución del conflicto sirio es vista como una misión imposible por muchos diplomáticos. La ofensiva, sin embargo, más que el final de las hostilidades, busca afianzar en términos diplomáticos el éxito de la operación militar y advertir a Bachar al Asad y Vladímir Putin de la erosión de su narrativa bélica.

“Las falacias” de Estados Unidos

El presidente sirio, Bachar al Asad, denunció ayer “la campaña de falacias y mentiras” contra su país por parte de EE. UU. y sus aliados ante el Consejo de Seguridad de la ONU, después de la ofensiva lanzada contra su país.

Mientras que su homólogo francés Emmanuel Macron dijo que los bombardeos a Siria no fueron una declaración de guerra contra el régimen de Bashar al Asad.

OPAQ investiga ataque químico

Los investigadores de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) iniciaron ayer el estudio del presunto ataque químico cerca de Damasco que motivó bombardeos occidentales contra el régimen sirio.

Un equipo de expertos internacionales, con sede en La Haya, llegó a Damasco con el objetivo de indagar sobre el ataque del 7 de abril en Duma, al este de la capital siria.