No basto

Habíamos disfrutado un fin de semana espectacular visitando la casa Cino Fabiani en Las Peñas, hasta donde llegamos para ver El plan y al día siguiente, en La Puntilla, nos dejábamos deslumbrar por “Los miserables”. El arte ya va cobrando fuerza en cuanto a su presencia entre nosotros, dijimos, y eso nos alegró.

La educación y el arte se entrecruzan tantas y tantas veces a lo largo de la vida de una persona, que a veces resulta imperceptible notar su poder en cuanto al peso cultural con que la dotan, más aún, en el siglo XXI, cuando las artes deben ser sin duda, junto a las fortalezas espirituales, las necesarias fuerzas equilibradoras frente a una ciencia y tecnología que avasallan.

Hacer arte, vivir el arte, implica vocación, decisión, entrega, pasión, y todo esto debe ser atendido en la persona humana desde muy pronto, desde temprana edad. Los burócratas, los tecnócratas, los académicos fríos de la pedagogía, sueñan y centran sus objetivos y pasiones en los títulos, y por tanto suponen que para ser artista hay que crear como única vía instancias universitarias que gradúen pintores, escultores, tenores, sopranos, instrumentistas musicales, etc. Por eso se muere el Antonio Neumane como conservatorio de música.

No bastó para esa burocracia el haber matado los colegios normales, donde se tomaba fresca la vocación y se preparaba para entregar los mejores educadores que haya tenido el país. Solo en este Ecuador nuestro de cada día, la historia no es maestra, pues aparentemente no nos enseña y por ello hoy se van los conservatorios como los hemos conocido.

¡Error, grave error el desperdiciar la inclinación y la pasión del adolescente que aún no se contamina con el “cuánto” y que se entrega con enorme entusiasmo al cultivo de su vocación, esencia sin duda, de una decisión triunfal!

Repetimos el error de los normales; ojalá que vengan nuevos tiempos al Ministerio de Educación para que se comprenda no solo los tiempos en que se vive, sino los tiempos para los que se enseña y forma.

El siglo XXI reclama gentes especializadas, profesionales apasionados y científicos humanistas.

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