Peligro. El tránsito es un alto riesgo para los escolares de este sector.

En barrios faltan canchas, parques y seguridad

En Guayaquil hay barrios que parecen no ser para niños. Es decir, planificados para acoger y fomentar los juegos y las actividades deportivas infantiles.

En Guayaquil hay barrios que parecen no ser para niños. Es decir, planificados para acoger y fomentar los juegos y las actividades deportivas infantiles. O, en otros casos, para permitir que los practiquen en un ambiente de seguridad.

Uno de los sectores que refleja la historia y la formación urbanística y social de la población de la ciudad es el Barrio Garay. Allí, EXPRESO efectuó ayer un recorrido con el fin de observar si este brindaba opciones a los moradores y sus hijos.

Una zona que comprende entre 80 y 120 manzanas, según moradores que la delimiten de norte a sur entre las calles Aguirre y Pedro Pablo Gómez y otros hasta la más sureña Brasil; y de oeste a este entre la 11 y Andrés Marín; o dos cuadras más allá, a Lizardo García, en el límite con el Barrio Patrimonial del Salado.

Un vasto sector que, sin embargo, no incluye un parque infantil ni canchas deportivas.

Excepto, claro, la relativamente reciente extensión del malecón del Salado, que llega hasta la calle 17.

“No, aquí no hay un solo parque ni canchas”, corrobora John Cavagnaro, morador del barrio desde hace 25 años.

Lo que ha habido siempre es el popular juego de indor fútbol en la calle, pero por parte de los adultos y durante los fines de semana, acota.

También existe una notoria presencia de establecimientos escolares públicos, al menos media docena, según indican también los moradores.

Incluso, el barrio considera dentro de sus límites al colegio Vicente Rocafuerte, que tras la remodelación amplió sus áreas e infraestructura deportiva.

“Pero no se los puede utilizar”, asegura Cavagnaro, refiriéndose a quienes no son estudiante del plantel.

El dirigente Luis Castro Cervantes coincide en ello y le agrega la inseguridad.

Citando su propio caso de padre de familia de una niña y dos adolescentes, reconoce que prefiere que estos permanezcan en casa antes que dejarlos salir a jugar en la calle.

“Está el peligro de las drogas y la delincuencia”, alega.

También cita el creciente tránsito. El Barrio Garay concentra el más alto número de locales de venta de repuestos de vehículos entre la calle Ayacucho y otras aledañas.

Incluso, creando un peligro adicional a los escolares de los centros educativos de la zona.

“Los sábados o domingos los llevo al parque, pero el resto de días pasan en la casa”, dice Castro, quien reconoce que por su trabajo no tendría tiempo para llevarlos en la semana.