Baratillo de ofertas
La designación de los integrantes del Cpccs a llevarse a cabo en las elecciones del 24 de marzo próximo ha creado algunas controversias en la ciudadanía. Una de ellas es la de que se vote nulo para, de ese modo, evidenciar que es un organismo que no cumplió con su rol consagrado en la Constitución, por haber sido el instrumento del que se valió el correísmo para nombrar a funcionarios tales como el contralor, el fiscal general, los superintendentes; personas impuestas por el poder político de entonces, con los resultados negativos que conoce el país. Si bien esto es verdad, lo que obliga a pensar que el Cpccs debería ser eliminado, como lo sugirió con buen criterio el Dr. Julio César Trujillo, presidente del Cpccs (T), al igual que el presidente Moreno y el líder de CREO -Guillermo Lasso-, mediante el empleo de los procedimientos legales y constitucionales respectivos, lo que hay al momento es un desconcierto en los votantes porque no saben cómo votar, porque no conocen a los candidatos, no saben quiénes son, y no alcanzan a entender por qué se les impide hacer una campaña electoral que les permita llegar a sus electores con propuestas y planteamientos coherentes y claros de qué es lo que podrían hacer de llegar a ser elegidos. Esto no hay. En cambio, lo que sí hay es un baratillo de ofertas que exponen en la poca propaganda que les dejan hacer.
El Cpccs no es un organismo para ofrecer empleos ni ocupación a nadie. Y sin embargo, estos ingenuos candidatos eso ofrecen a sabiendas de que no lo van a poder cumplir. Otros, para no quedarse atrás, dicen que van a luchar contra la corrupción “con machete al brazo” y levantan uno para evidenciar que es verdad lo que ofrecen. Otros dicen que combatirán la corrupción “con ñeque”. Así no se debe ni se puede aspirar a las altas dignidades de elección popular. Muy poco es lo que le toca hacer al nuevo Cpccs porque el transitorio tiene hasta mayo de este año la facultad para nombrar al fiscal general del Estado, al procurador, al defensor del pueblo, razón por la que el nuevo organismo a designarse podría no servir para nada...