Suceso. La madre de la niña muestra el lugar donde quedó tendida la víctima, aún manchado de sangre.

Una bala misteriosa mato los suenos de una nina

Una menor recibió un disparo en la cabeza mientras jugaba con sus muñecas. El caso aún no es esclarecido por la Fiscalía

En la casa donde vivía la pequeña Diana (identidad protegida) ya no se siente la chispa de su alegría. Ella tuvo un final trágico, que sigue envuelto en el misterio.

La niña falleció el pasado domingo de un disparo en el cráneo que recibió mientras jugaba en su vivienda, en un sector rural de la parroquia Pancho Negro, del cantón La Troncal, en la provincia del Cañar.

El día de la tragedia la pequeña, de siete años, había invitado a una prima y a una amiga para festejar el cumpleaños de sus ‘hijas’, como llamaba a sus muñecas, a las que había colocado en una esquina del balcón de la planta alta del domicilio de sus abuelos maternos, una casa hecha de madera y caña guadúa.

Repentinamente, Diana extendió sus manos, se cayó y golpeó su cabeza contra la pared que da junto a una ventana, empezando a perder mucha sangre. El hecho se suscitó a 24 kilómetros de la cabecera cantonal. Un pariente de la víctima se apresuró y llegó con una camioneta para trasladar a la pequeña al hospital local.

Después de los primeros chequeos, los médicos informaron que la herida de Diana no había sido producto de un golpe, sino del impacto de una bala. La noticia aumentó la consternación de los allegados.

La niña fue trasladada de urgencia al hospital Francisco de Icaza Bustamante, de Guayaquil. Allí murió pese a los intentos que hicieron los galenos por salvarla. El disparo había sido letal.

“Nadie vio ni escuchó nada. Todo es un misterio”, comentó la progenitora.

El día del suceso, en la planta baja estaban los abuelos de Diana. Tampoco notaron algo fuera de lo común, afirmaron. Lo que confunde aún más a los parientes es que el tiro “no fue lejano”, según informaron los forenses a la madre.

La familia de la pequeña debe esperar los avances de las investigaciones para que se esclarezca el hecho. “No queremos que sea un caso más, esperamos justicia”, manifiesta la progenitora.

Diana fue sepultada en el cementerio de su parroquia, diagonal a la escuela donde este año cursaría el tercer año de educación básica.

Por ahora los avances del caso se mantienen en reserva, dentro de una investigación previa iniciada en la Fiscalía Especializada en Personas y Garantías del cantón La Troncal.