La Bahia sintio una caricia en ventas
Las ventas por Navidad y fin de año aumentaron en la Bahía, pero solo fue una pequeña ‘caricia’. Eso no mejoró ni llenó las expectativas económicas de todos los vendedores del sector.
Las ventas por Navidad y fin de año aumentaron en la Bahía, pero solo fue una pequeña ‘caricia’. Eso no mejoró ni llenó las expectativas económicas de todos los vendedores del sector.
Hilda Núñez, administradora de Distribuidora Paolita en Bahía Mall, comenta a Diario EXPRESO que este año las ventas en su local de ropa decrecieron en un 20 % en comparación al año pasado.
“Los precios se ajustaron en estos días para que el cliente pueda comprar. Las personas compraron a última hora por los precios más baratos y ha sido una locura. Pero eso no reactiva lo que ya hemos perdido. Ha sido un año difícil para todos los sectores, aunque estamos intentando hacer todo lo posible para recuperarnos. La esperanza es hasta el fin de año para ver cómo cerramos”.
El panorama no cambia para Manuel Tomalá, cuyo local de venta de juguetes, ubicado en las calles Ayacucho y Eloy Alfaro, no ha recibido la misma cantidad de clientes que en años anteriores.
“Llevo más de veinte años en este sector y este año no se ha visto el movimiento comercial con la fuerza que otros años. Las personas han llevado lo más barato. Hemos tenido una reducción en la venta de un 50 %. Estos juguetes son importados y tienen un precio asequible, pero las personas no llevaron”.
Así también lo confirma su compañera Carla Pazán, que tiene más de una década en el sitio. Ella sostiene que a pesar de los compradores que han visitado su local, el ingreso por ventas se encuentra reducido.
“Las personas están comprando menos. Me piden uno o dos artículos. No es la misma cantidad que antes”.
Los clientes han buscado hacer compras con una cantidad limitada de dinero y han preferido comprar ropa en lugar de juguetes. “Tengo 50 dólares y mi misión es comprar ropa barata. Hay zapatos de 10 dólares, camisa de 10 dólares y pantalón de 12 dólares. Y listo”, expresa Julio, quien no da su apellido.
Mientras que Elvia Cagua, otra compradora, afirma a este Diario que lo más barato este año allí es la ropa. “Las personas se dan cuenta de que vestirse bien es necesario. Muchos padres han dejado de lado los juguetes porque se dañan pronto y no son tan económicos”, dice.
Lo confirma Tania Almeida, que viene desde el norte de la urbe para acceder a las compras finales. “Llevamos una parada completa para la familia. Camisa, pantalones y zapatos para los niños y una que otra ropa para nosotros. Hay que aprovechar el dinero, los juguetes en centros comerciales están caros”.
En la calle Chimborazo se encuentran varios vendedores informales que ofertan camisas y camisetas a 10 dólares; y otros, interiores dos por uno a 2,50 dólares. La alternativa para los emprendedores fue comprar al por mayor, para vender en los alrededores y “tener algo más de dinero para las festividades”, manifiesta uno de los comerciantes.