El embajador Todd Chapman destacó que la asistencia humanitaria es parte de la cooperación que brinda su país al Ecuador. Elogió los lazos de amistad.

La ayuda se queda corta

En el primer día de atención del buque estadounidense USNS Comfort, los odontólogos, médicos generales, familiares y los oftalmólogos fueron de los más requeridos.

Carlos Castillo, de 68 años, esperaba que el personal médico del buque estadounidense USNS Comfort le ayudara a aliviar sus dolores. Fue una de las tres personas de escasos recursos que llegaron a Esmeraldas buscando atención. Él viajó desde Quito acompañado por voluntarias de una fundación de lucha contra el cáncer. Está casi ciego por una infección en sus ojos. Esperaba acceder a una operación, pero lo que no sabía es que las casi 100 cirugías se programaron con anticipación. Recibió medicinas para la infección, pero regresó a la capital decepcionado en compañía de la voluntaria Andrea Jaramillo.

En el primer día de atención, los odontólogos, médicos generales, familiares y los oftalmólogos fueron de los más requeridos. Hubo también personas que buscaban ayuda para sus problemas cardíacos, de hipertensión, dermatológicos, de úlceras, cáncer... Los médicos estadounidenses valoraron a los pacientes en los dos puntos habilitados para la atención: la Autoridad Portuaria de Esmeraldas y la Universidad Luis Vargas Torres.

En ambos sitios hubo decenas de personas, como constató EXPRESO, que no pudieron acceder a la atención que se esperaba llegaría, al menos, a 1.500 beneficiados. Muchos llegaron la noche del domingo y la madrugada de ayer. Algunos durmieron sobre cartones, plásticos, colchones. Otros, simplemente, se sentaron a esperar. Silvia Montero fue con su madre, Diana, a buscar alternativas para un problema de cáncer de piel que le obliga a recibir inyecciones mensuales que no encuentra en la red de Salud Pública. Contó que sus dolores son fuertes, no puede exponerse al sol y requiere cuidados especiales. A las 11:00 tenía el turno 169 y esperaba la atención de los expertos.

Pero no todos los que madrugaron tuvieron suerte. Al menos, 200 ciudadanos quedaron fuera de los chequeos. Algunos llegaron de Guayaquil. Ellos protestaron porque, según dijeron, hicieron fila desde la noche del domingo. Fue el caso de Martha Batallas, Pepe Lara y Johana Mero. Ellos centraron su esperanza en el personal del buque hospital porque dijeron que hay demora en la entrega de citas y atención en los centros de salud estatales. Ofrecieron hacer un nuevo intento hoy.

En el otro lado de Esmeraldas, en la Universidad Luis Vargas Torres hubo menos aglomeración. Quienes recibieron atención salieron satisfechos. Cecilia fue una de ellos. A las 14:00 salió aliviada de su dolor de espalda elogiando la ayuda del personal. Las aulas universitarias fueron habilitadas para las atenciones y pasadas las 14:00 fueron chequeados los últimos pacientes que quedaban en el centro universitario.

En los dos puntos de atención humanitaria hubo traductores de varias universidades del país. La atención gratuita seguirá hoy. El ministro dijo que este servicio es una demostración de la coordinación de las diferentes dependencias.