Avatares de la propiedad intelectual

Hace 18 años la ONU estableció el 26 de abril como el Día Mundial de la Propiedad Intelectual. Esto fue un paso muy importante, aun cuando en esa instancia existía un organismo cuyo objetivo era desarrollar un sistema de propiedad intelectual (OMPI o WIPO) desde 1967. La decisión del 2000 cumplió un rol para el reconocimiento y posicionamiento de este derecho.

Desde ahí se ha avanzado mucho para una adecuada valoración y protección de los derechos que tienen los ciudadanos, en defensa de lo que el intelecto, la creatividad y la imaginación, tanto de hombres como de mujeres, investigadores y generadores de pensamiento crean en ciencia, tecnología, cultura, artes, etc.

Esto permitió que se entienda como creación de la mente, la razón y la imaginación humana, todo aquello que se hace para producir nuevos inventos, obras literarias y artísticas, símbolos, nombres, imágenes, dibujos y modelos utilizados en el comercio. Desde ahí hasta ahora, el trabajo intelectual ya no puede ser objeto de manipulación, explotación, desvalorización, etc.

En el Ecuador, la norma del 2016 instituyó una adecuada armonía con los artículos 385-388, 322, 277 y otros de la Constitución. Se lo hizo para garantizar que la propiedad intelectual tenga valoración y reconocimiento como un campo de derechos. Por eso se expidió el Código Orgánico de la Economía Social de los Conocimientos, Creatividad e Innovación, y se buscó que este se articulase con el Sistema Nacional de Educación, el Sistema de Educación Superior y el Sistema Nacional de Cultura, para así crear un marco legal de defensa de la producción intelectual. Además se estableció que esta resulta de varias actividades que implican -en forma intensiva- generación, transmisión, gestión y aprovechamiento del bien de interés público. Esto incluye: conocimientos tradicionales, promoción de los sectores sociales y productivos, colaboración y potenciación de las capacidades individuales y sociales, etc.

Actualmente hay muchos aspectos que escapan a la ley y que son denunciados, especialmente en lo que tiene que ver con la elaboración y presentación de tesis de cuarto nivel. Por lo tanto, hoy es un momento adecuado para llamar a los tutores de investigación en las universidades a vigilar que en ellas no se den violaciones a los derechos de los autores nacionales y extranjeros.