Atrapados, sin salida

En esta situación se encuentran la sociedad y el Estado, ante el último acuchillado en la Penitenciaría del Litoral, acaecido la semana pasada, que se agrega a las estadísticas de sangre posdeclaratoria de emergencia del sistema penitenciario por el gobierno Moreno, lo que está demostrando la incapacidad y, posiblemente, complicidad de algunos aparatos del Estado y funcionarios vinculados con el segmento poblacional de PPL. Por ello consideramos impulsar medidas emergentes y efectivas: 1.- Emplazar en otras cárceles del país a cabecillas y lugartenientes de las bandas y mafias existentes, debidamente identificados por la inteligencia policía y jueces. 2.- Impulsar la carrera y nominaciones de jueces de Garantías Penitenciarias, que coadyuven a la (re)organización y control de las PPL y sus situaciones jurídico-carcelarias reales. 3.- Fortalecer urgentemente la formación y capacitación de los guías penitenciarios, creando su respectiva Escuela. 4.- Instaurar procesos de evaluación de desempeño y comportamiento semestrales de los guías penitenciarios, que incluyan denuncias de los detenidos, sus familiares y la Policía Nacional. 5.- Impulsar con la emergencia, un verdadero censo penitenciario con apoyo del Registro Civil, Corte Provincial y de la Fuerza Pública, así como de la Interpol para identificar y cedular a todas las PPL, nacionales y extranjeras. 6.- Clasificar a las PPL de acuerdo a su peligrosidad (diagnosticada por especialistas en ciencias de la salud y del comportamiento), delitos cometidos y duración de la pena (por jueces, tribunales penales y peritos policiales). Para esta tarea se deberá contar con el apoyo institucional y técnico de comisiones provinciales del Consejo de la Judicatura y de jueces penales, así como del SNI (¡es lamentable la desaparición del Ministerio de Justicia, pero así piensan los neoliberales “austeros” y después se quejan tanto¡); y 7.- Formular e impulsar una Estrategia de Reinserción Social con sus programas y proyectos convocando a la academia, colegios profesionales, ONG, cooperación internacional, iglesias y otras organizaciones socioculturales y deportivas para apoyar en estas tareas.