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Una asfixiada Venezuela busca renegociar su deuda

Buscando una refinanciación, el Gobierno reconoce que la pesada carga de deuda para el país se ha vuelto insostenible por la caída de la producción petrolera y la caída de los precios del crudo, así como por las sanciones financieras que sufre.

Movimiento. La gente hacía cola ayer para retirar efectivo de un cajero del Banco de Venezuela en Caracas.

Venezuela convocó a sus acreedores a una reunión en Caracas, para iniciar una renegociación de la deuda externa, estimada en 150.000 millones de dólares, y llevó la alarma a los mercados ante un posible impago o default de la nación.

Buscando una refinanciación, el Gobierno reconoce que la pesada carga de deuda para el país se ha vuelto insostenible por la caída de la producción petrolera y la caída de los precios del crudo, así como por las sanciones financieras que sufre.

En medio de esa realidad, los bonos venezolanos se desplomaban ayer en los mercados internacionales. El papel soberano al 2027, el marcador del mercado, perdía casi 10 puntos; mientras que el bono de deuda de la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa), con vencimiento en 2022, cedía 15,6 puntos en Nueva York, tras el anuncio del presidente Nicolás Maduro.

Los demás papeles venezolanos también bajaban pese a que el Gobierno informó que inició la transferencia de $ 1.169 millones que Pdvsa debía cancelar el jueves, sin demora en amortización e intereses para evitar caer en incumplimiento.

“Les digo a los tenedores de la deuda venezolana: tengo moral para convocarlos el 13 de noviembre a Caracas e iniciemos un proceso de refinanciamiento y renegociación de la deuda”, afirmó ayer el presidente Nicolás Maduro, un día después de anunciar su plan.

Maduro denuncia una “persecución financiera” impulsada por Estados Unidos, que en agosto prohibió negociar nueva deuda venezolana.

A la cabeza de la comisión negociadora, el vicepresidente Tareck El Aissami explicó que la reunión buscará “mecanismos que garanticen el cumplimento de compromisos soberanos en la renegociación de la deuda”.

“Sentaremos las bases para renegociar los términos de la deuda externa y de Pdvsa”, precisó El Aissami, a quien Estados Unidos acusa de narcotráfico e incluyó en una lista de funcionarios venezolanos sancionados.

El Aissami confirmó que ya comenzaron las transferencias por 1.169 millones de dólares por capital e intereses del bono de la petrolera Pdvsa 2017. Pero tras la liquidación de ese bono, Venezuela deberá cancelar en lo que resta del año entre 1.400 y 1.800 millones de dólares de intereses de otros papeles, y están pendientes intereses de bonos que debió cancelar en octubre y tienen un período de gracia de 30 días.

Maduro insiste en que las sanciones impuestas por EE. UU. están dificultando honrar los compromisos de Venezuela, por los obstáculos que crean en las transferencias bancarias.

“El riesgo del default está allí”, dijo el analista Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica, quien señaló que para renegociar la deuda se requiere un plan de reestructuración y saneamiento. “Y ese plan no está”, agregó.

Maduro señaló que el problema es con los “cipayos financieros y chacales”, la banca occidental estadounidense y europea; pero que con China y Rusia hay relaciones extraordinarias.

El Parlamento, de mayoría opositora, advirtió que no reconocerá una reestructuración que no se someta a su aprobación. No obstante, el Poder Judicial, acusado de servir al gobierno, considera a ese órgano en desacato y anula todas sus decisiones.