El ascenso del progresismo

La crisis y transformación de los “países del socialismo real” y el nuevo momento de la “globalización”, ahora con un fuerte contenido y dinámica neoliberal, o monetarista, que se inicia desde la década de los 80, no solo provocaron cambios geopolíticos sino que también conllevaron alteraciones en la correlación de fuerzas hegemónicas que se expresarán en la multipolaridad económica y militar ascendentes, enterrando la “bipolaridad” USA- URSS pero sin que estos imperios pierdan su protagonismo relativo en la escena actual.

Mientras lo arriba descrito se consolidaba en el escenario-mundo, en la región se vivía una compleja situación, por un lado, por el retorno al régimen democrático de derecho de las dictaduras militares, por sus fracasos y corrupción en la que habían incurridos; pero por otra parte, también se daban procesos revolucionarios en Centroamérica (Nicaragua, El Salvador y Guatemala), que Edelberto Torres-Rivas llama “revoluciones sin cambios revolucionarios”, de los cuales solo en Nicaragua se logra la toma del poder por los sandinistas pero ahí la derecha republicana encabezada por Reagan hace gala de su “amoralidad” política al financiar la “contra” por el “affaire Irán-contra”, con dineros de venta de armas y narcotráfico.

En este contradictorio escenario regional, las oligarquías retardatarias, multinacionales sanguijuelas, las crisis económicas y de la deuda externa y débiles instituciones republicanas y democráticas provocaron una alta conflictividad social y el aparecimiento de nuevos liderazgos y de movimientos sociales que emergían en las arenas políticas, reclamando una cuota de poder.

Además, florecen un conjunto de nuevos líderes, de derecha e izquierda, tanto de formación como de prácticas políticas cotidianas; que elaboran su propio discurso para identificar a los enemigos, todos apuntan a salvar a la patria y al pueblo, generando su postura mesiánica; frente a la mala calidad de nuestra democracia casi todos son autoritarios; y, por los magros logros de la modernización son “obristas”.

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