Los primeros 30 días de la Presidencia de César Litardo en la Asamblea Nacional han estado marcados más por la complejidad en la resolución de problemas y en consolidar acuerdos.

Una Asamblea a medio gas

Desacuerdos de mayoría. Tres comisiones en acefalía. Todo en el primer mes de Litardo.

Un mes lento. Los primeros 30 días de la Presidencia de César Litardo en la Asamblea Nacional han estado marcados más por la complejidad en la resolución de problemas y en consolidar acuerdos, incluso entre los suyos. Esto, a criterio de expertos, pone en una posición complicada a la Función Legislativa, cuya nueva mayoría pinta frágil y aún no puede dar solución a un problema fundamental: la integración de tres comisiones legislativas.

A los dos siguientes años de la Legislatura les espera abordar temas complejos, como las reformas laborales para intentar promover el empleo, las reformas tributarias como los llamados impuestos verdes y los cambios a las facultades del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, deuda pendiente de la jefatura anterior de la Asamblea. Sin embargo, frente al actual panorama, Marcelo Espinel, coordinador del Observatorio Legislativa, cree que mientras no se solucionen los problemas que ahora empantanan la labor legislativa poco o nada se podrá avanzar en los otros aspectos. “Si no se logra que actúen de manera conjunta en función de país, la situación se viene cuesta arriba”, sentencia el experto.

El expresidente del Congreso Nacional (ahora Asamblea Nacional), Juan José Pons, tiene una apreciación similar a la de Espinel, sumando un ingrediente más a este coctel de desacuerdos, complejidades y problemas. “Hay que sumarle el hecho de que el entorno político de Ecuador está complicado y revuelto por las denuncias de Arroz Verde y otras. Todo complica aún más el manejo político del país no solo en la Asamblea, sino en general”.

En medio de la discusión, el acuerdo de la nueva mayoría sale perdiendo fuerza. A criterio de Espinel, el pacto entre los movimientos PAIS, CREO y los dos bloques de minoría, en lugar de crear un ambiente de gobernabilidad, que era su finalidad, ha creado todo lo contrario. Un ejemplo de ello fue el juicio político a la excanciller María Fernanda Espinosa, en el que varios legisladores oficialistas no se alinearon a la tesis de censurar a la actual presidenta de la Asamblea General de las Naciones Unidas. “No era un acuerdo fuerte y que se refería a varios temas. No es que estábamos dentro del acuerdo decidiendo quiénes estaban dentro de las comisiones o cuál es la agenda legislativa. Es muy penoso”, critica.

A diferencia de Espinel, Pons cree que el pacto legislativo entre las cuatro bancadas fue un proyecto bien concebido, pero que careció de ejecución. “No puede haber un proyecto político de alianza que no incluya la fiscalización”, dijo el exdiputado refiriéndose al resultado del juicio a Espinosa.

La nueva mayoría, pese a los altos y bajos, mantiene su cohesión. Aunque aún no se vislumbra el camino para salir del pantano y pisar el acelerador.

html