Ministra. Verónica Espinosa llegó a la Asamblea con una barra que recordó los buenos tiempos del correísmo.

En la Asamblea nunca falta razon para asustarse

Los gastos en publicidad y las denuncias sobre las pruebas de VIH acapararon la atención ayer.

El fantasma del arroz verde esperaba ayer a los legisladores a su regreso del puente vacacional de seis días que se dieron de miércoles a lunes. Oh sorpresa, el tema más candente del debate público quedó para otro día. Pero aquí nunca falta un escándalo que salte delante de las cámaras. O dos: los inusitados gastos en publicidad de la Asamblea, que benefician a la empresa de una excolaboradora de la presidenta Elizabeth Cabezas, fueron objeto de una desafortunada rueda de prensa; y la denuncia contra el Ministerio de Salud, sobre presuntas irregularidades en la aplicación de pruebas de VIH, presentada la víspera por el medio digital La Posta, dieron lugar a un inesperado duelo verbal entre la ministra Verónica Espinosa y los periodistas de ese medio.

El tema de los gastos en publicidad saltó al inicio de la semana en las redes sociales, con la publicación de dos contratos por más de medio millón de dólares. En ellos se menciona a Jenny Silva, quien trabajó en el despacho de Cabezas como coordinadora de Comunicación, entre julio y diciembre de 2018, y ahora tiene su propia empresa de publicidad. La actual directora de Comunicación de la Asamblea, Carolina Jaramillo, salió a dar la cara sobre este asunto. Y lo hizo mal. Primero, desmintió que se hubiera firmado contrato alguno con Silva. Que se lo hizo con una compañía cuyo representante legal es otra persona, precisó. ¿Y cómo se llama esa compañía? “Por aquí tengo”, dijo, y se puso a buscar entre sus datos. Lo encontró de inmediato: se llama Jenny Silva Comunicaciones Compañía Limitada.

¿Y para qué gasta la Asamblea medio millón en publicidad? Para responder a esta pregunta, Jaramillo recurrió a un concepto correísta: “para socialización”, dijo. Concretamente: “Spots publicitarios que lo que hacen es partir de la problemática de aquellos datos que se han revelado en estudios de opinión pública, que son las problemáticas que le aquejan a la ciudadanía, para enlazarlas y articularlas con la gestión que hace la Asamblea en términos de legislación”. Clarísimo. Todo ello con actores profesionales y locaciones junto al mar.

Jenny Silva perteneció al equipo de la Secom de Fernando Alvarado en los tiempos en que Michelle Villarroel, actual asesora de Elizabeth Cabezas, se desempeñaba como subsecretaria. Según Jaramillo, la adjudicación fue por concurso y la empresa es libre de contratar con el Estado.

En eso andaban las cosas cuando llegó la ministra de Salud, Verónica Espinosa. Venía al frente de un millar de empleados públicos traídos en buses desde distintas provincias, como en los mejores tiempos del correísmo, con los cuales quiso poner en escena lo que llamó “el masivo respaldo” al Código Orgánico de Salud, cuyo primer debate arrancó en horas de la tarde y que ella presentó como si fuera suyo. Ni bien entró a la sede legislativa, se vio rodeada de periodistas que la ametrallaron con preguntas sobre la denuncia de La Posta y las pruebas del VIH.

“El único objetivo es hacer daño”, respondía ella. “Las pruebas son confiables”. En eso llegaron Andersson Boscán y Luis Eduardo Vivanco, los autores de la denuncia, vestidos de mandil blanco con la inscripción “Ministerio de la Muerte” bordada en el pecho. Los guardaespaldas de la ministra les impidieron el paso y solo el reclamo de sus colegas de otros medios logró vencer la resistencia. Nerviosa se puso la ministra y optó por la estrategia del pescado: la sordera. Si ellos le citaban el correo electrónico con el cual el Ministerio respondió a sus preguntas, ella decía: “no se ha contrastado información”.

Si le hablaban de los informes del ARCSA según los cuales el 40 por ciento de las pruebas del VIH dieron resultados equivocados, ella les acusaba: “ponen en riesgo una estrategia de salud pública”. Si le preguntaban si ese informe existe (y lo hicieron al menos seis veces), ella hablaba de otro. Finalmente se escabulló entre sus guardaespaldas y entró en el edificio, donde no se dejó ver hasta que los moros desaparecieron de la costa.

Código

Ley de salud: último debate

El segundo debate sobre el Código de Salud arrancó ayer, con la presencia de la ministra del ramo, Verónica Espinosa, que pidió su aprobación. Se prevé un debate largo e intenso, en especial sobre un puñado de temas candentes: la despenalización del aborto en caso de embarazo por violación, la maternidad asistida y la despenalización del cannabis con fines medicinales.

EL DETALLE

Calendas griegas. Se aprobaron dos pedidos de cambio del orden del día para tratar el caso ‘arroz verde’. Quedaron para después del Código de Salud.